Queremos denunciar el vergonzoso servilismo institucional a las multinacionales. Denominar mediación a la gestión del Departamento de Trabajo del Gobierno de Navarra, es realmente un ejercicio de cinismo
En primer lugar queremos mostrar nuestro apoyo y solidaridad con la platilla de Kayaba en estos momentos de incertidumbre, tras la aprobación del ERE por parte del Gobierno de Navarra y por el que la empresa va a dejar en la calle a 38 de los 47 trabajadores y trabajadoras que en él se contemplaban inicialmente. El hecho de que la Empresa cuente con el plazo de un mes para dar a conocer la lista, añade un plus a la situación de crueldad que sufren los trabajadores y trabajadoras de Kayaba. Dicho sea de paso, queremos destacar que la plantilla de Kayaba, ha mostrado un gran sentido de la dignidad, de lucha y movilización. Todo ello, en una situación de chantaje brutal.
De igual modo, queremos mostrar total apoyo a la representación de LAB en la empresa por la labor y el esfuerzo realizado en este conflicto. Ha quedado patente la capacidad de nuestros delegados en la empresa, tanto en la faceta movilizadora como a la hora de elaborar propuestas alternativas a los despidos. Una y otra vez, los planteamientos de movilización han ido acompañados de propuestas reales y concretas, que han tirado por tierra las tesis de la Empresa. Así, queda meridianamente claro que, si la Dirección de la empresa lleva adelante los despidos, no es porque no le quede otro remedio, sino porque lo que caracteriza a esta Dirección es su incapacidad, el carácter dictatorial y por supuesto, el hecho de haber encontrado en el plano institucional y sindical “cómplices necesarios” que le han facilitado el camino.
En este sentido, queremos denunciar el vergonzoso servilismo institucional a las multinacionales. Denominar mediación a la gestión del Departamento de Trabajo del Gobierno de Navarra, es realmente un ejercicio de cinismo. En lugar de intentar lograr un punto de encuentro tomando en cuenta las distintas propuestas presentadas, se ha convertido descaradamente en aliado de la Empresa, no entrando a discutir la viabilidad o no de las propuestas del Comité, sino intentando imponer un trágala puro y duro: o la propuesta de la Empresa (27 despidos, bajadas de salario, aumento de jornada sin asegurar siquiera el futuro de la planta) o el ERE de la Empresa.
Pero claro está, es necesario un tercer elemento para dinamitar la unidad de la plantilla y dividirla. Y es ahí donde UGT, CCOO y CC entran en escena y deciden llevar a votación “el chantaje”. En esta ocasión no vieron necesaria una mayoría de Comité, aún a sabiendas que LAB no aceptábamos el chantaje y que por lo tanto, la posibilidad de que se diese un "acuerdo" en esos términos, no iba a ser posible. La posición de LAB es clara, no entramos en una votación que legitima el chantaje. Pese a lo complejo de la situación e incluso permitir la participación en la asamblea previa de personas de la Dirección y votando personal de oficinas que hasta ese momento se había mantenido al margen, alegando que el conflicto no iba con ellos, pues los despidos eran de taller, pese a todo ello, no consiguen ni siquiera el apoyo del 50% de la plantilla, obteniendo 144 votos de los 300 posibles. A pesar de perder la votación, no dudaron en lanzar a la prensa que la mayoría de los trabajadores y trabajadoras de Kayaba respaldaba la propuesta de la Empresa y acusan publicamente a la mayoría del Comité, de no aceptar el resultado de una votación que ni siquiera había convocado. El objetivo de reventar la huelga estaba logrado y la plantilla dividida.
Los que se dedican a hacer el trabajo sucio a la empresa nos acusan de desarrollar "políticas suicidas" en Kayaba por no aceptar despidos y hacer plantemientos dirigidos a mantener los puestos de trabajo. Lo que no dicen es dónde conduce el camino del posibilismo y entreguismo sindical. Un ejemplo claro lo tenemos en Dynamobel donde UGT, acordó en noviembre del 2010, al margen de la mayoría del Comité, despedir a 36 trabajadores. Entonces lo justificaban diciendo que así aseguraban el empleo para los que se quedaban. Hoy nos encontramos con otros 33 despidos en Berrioplano más 60 del centro de Peralta, donde anteriormente también habían acordado otros 40. Este es el escenario que se nos plantea cuando se renuncia a la defensa de los puestos de trabajo y aceptamos el llamado "mal menor".
Tan sólo una lucha generalizada de oposición a los despidos puede parar esta sangría de puestos de trabajo.
Iruñea 27/01/2012