El Parlamento vasco ha aprobado hoy el proyecto de ley que reforma el Consejo de Relaciones Laborales de Euskadi (CRL) que, entre otros cambios, modifica el sistema de toma de decisiones para sus funciones consultivas. Hasta ahora era necesaria la mayoría de cada parte (sindical y patronal) y a partir de ahora las decisiones en materia consultiva se tomarán por mayoría simple de los miembros.
Como la patronal funciona en bloque, será suficiente con el apoyo de algún representante de CCOO o UGT para sacar adelante las votaciones, sin tener en cuenta la opinión que pueda tener la mayoría sindical vasca.
Por otra parte se establece que si algún sindicato no designa a sus representantes en el plazo establecido, o si durante la vigencia del mandato renunciase o no asistiese al CRL de manera reiterada, sus puestos se repartirán entre el resto de organizaciones sindicales en función de su representatividad.
Esto último ya lo han llevado a la práctica en el CRL y CES por medio de un decreto, pero como hay serias dudas sobre su legalidad, ahora lo hacen a través de la propia ley.
Además el documento otorga al CRL el carácter de tripartito (hasta ahora era bipartito) en los asuntos en que sea necesaria la presencia del Gobierno Vasco, por lo que seguramente se residenciará en este organismo el mal llamado “diálogo social”.
En definitiva son cambios que buscan que el CRL apoye las políticas que lleva a cabo el Gobierno, no respetando la representatividad real de las organizaciones sindicales y premiando a las organizaciones que participan en el “diálogo social”.
LAB cree que se ha perdido una gran oportunidad para realizar un debate serio sobre la participación institucional. Es evidente que al Gobierno vasco no le interesa que sus políticas sean objeto de un debate social amplio, se limita a cumplir el trámite. Hoy en día, participar con normalidad en los organismos sociolaborales supone dar cobertura a las políticas que está aplicando el Gobierno.
Por último, queremos denunciar que al Gobierno Vasco se le llena la boca hablando sobre la necesidad del diálogo, pero que en la práctica muestra poca voluntad a la hora de lograr acuerdos con la mayoría sindical vasca.