2024-11-20
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INTERVENCIÓN DE LAB EN EL SEMINARIO “EL MODELO SOCIAL EUROPEO Y ALTERNATIVAS DESDE LA IZQUIERDA POLÍTICA Y SINDICAL”

Egunon guztioi, Euskal Herriko klase sindikalgintzatik eta LABen partetik besarkada beroa dakartzuet.

Buenos días a todo el mundo. Os traigo un fraternal y caluroso saludo de la clase trabajadora de Euskal Herria (País Vasco) y de parte de mi sindicato LAB. Para LAB es un honor participar en este seminario organizdo por GUE/NGL, en colaboración con FSE, la red europea de sindicalistas.
Ya lo dijo Antonio Gramsci:

"Instrúyanse, porque necesitamos toda nuestra inteligencia.

Conmuévanse, porque necesitamos todo nuestro entusiasmo.

Organícense, porque necesitamos de toda nuestra fuerza."

Ésa es la vía. Debatir, discutir, sobre todo luchar, y ver cómo perfeccionamos, desde el sindicalismo sociopolítico, la lucha sindical día a día para lograr un cambio social y también político en beneficio de la clase trabajadora en todos y cada uno de nuestros Pueblos, en nuestro caso en el País Vasco, y en definitiva en toda Europa. Un cambio social y político necesario para conseguir que se establezca un sistema donde las personas y la justicia social primen sobre la lógica del dinero y del capital.

1.- Situación general en la Unión Europea.
En primer lugar, aunque todos los aquí presentes somos conscientes de ello, hay que subrayar una vez más que la situación de deterioro de condiciones laborales, salariales y sindicales que se está dando en la UE es generalizada en todos los países miembros.
La práctica totalidad de países de la Unión Europea (UE) están aprovechando la excusa de la crisis capitalista en la UE para ahondar en su proyecto de “refundación del capitalismo”, tal y como dijo Sarkozy. Así las medidas que están adoptando, ya aparecían ampliamente recogidas en el Tratado de Lisboa de 2007 y ahora nos las están implementando paulatinamente con la excusa de la crisis, pero eran parte de su programa político, antisocial y antiobrero desde hace ya años.
Estas medidas de los gobiernos de la UE son básicamente similares en todos los países:

– Mayor flexibilización del mercado laboral, mediante abaratamiento de los despidos y aumento de la flexibilidad horaria de las y los trabajadores. Aumento de las jornadas de trabajo.
– Desmantelamiento total del sector público, y privatización consiguiente del mismo, con especial incidencia en la sanidad y la enseñanaza (implantación paulatina del copago).
– Recorte de las prestaciones sociales, del gasto social y aumento de la edad de jubilación, así como endurecimiento de los requisitos para acceder a pensiones contributivas.
– Aumento de las privatizaciones, con reducción de la presencia del sector público.
– Congelación de inversiones públicas.
– Subida de impuestos e impulso de una política fiscal neoliberal, favoreciendo las rentas del capital y la especulación financiera.
– Desregulación de la negociación colectiva, a fin de impulsar la individualización de las relaciones laborales.
– Recortes salariales a las y los empleados públicos.
– Además, el gobierno conservador del Estado español, siguiendo la senda de otros gobiernos de la UE y al dictado de Merkel y Sarkozy, ha establecido también otros dos ejes para las políticas económicas del futuro: desligar la subida salarial del IPC y establecer por Ley en un futuro próximo que la deuda pública en los países de la UE sea de “déficit 0”. Ésta última medida supone limitar el gasto público por ley, cerrando definitivamente la posibilidad de plantear un modelo social alternativo, donde prime o tenga protagonismo relevante el sector público, en el que debería encuadrarse un sector público industrial fuerte.
Por poner un ejemplo, durante los últimos tres años el poder adquisitivo de las y los trabajadores del sector metalúrgico en la UE se calcula que se ha visto mermado un 15%. Es decir, el salario de un trabajador del sector vale ahora en términos reales un 15% menos que hace tres años.

Estas prácticas (despidos colectivos, recorte de salarios y derechos laborales, aumento de la flexibilidad y de la jornada de trabajo, y todas las demás señaladas) no sólo las están aplicando las empresas con problemas.

Todo lo explicado (las presiones, los ritmos de trabajo, las largas jornadas, el stress, etc.) repercute en la salud de los trabajadores, causando accidentes profesionales y la muerte de cientos de trabajadores en toda Europa anualmente. Esto es más grave aún si tenemos en cuenta las enfermedades profesionales, que son incluso más numerosas, aunque a menudo se detectan años más tarde.

Todas estas medidas han sido adoptadas en todos los países de la Unión Europea en mayor o menor medida, pero se han tomado de forma brutal en Estado español, Grecia, Portugal, Italia e Irlanda, y en menor intensidad en otros países de la UE.

Contrasta, por tanto, el generoso despliegue de recursos destinado a salvar el sistema financiero inyectando capital y suministrando liquidez a los bancos frente a los escasos esfuerzos dirigidos durante décadas anteriores de crecimiento económico a combatir el aumento del paro, a proteger el empleo ayudando a las empresas y sobre todo a los trabajadores con problemas, y garantizar un nivel de ingresos y prestaciones sociales digno a los sectores de la población que atraviesan mayores dificultades económicas.

Los banqueros y el gran capital dictan las políticas en la UE que la clase política en el poder cumple sin rechistar, a cambio de que el día de mañana les aseguren un puesto en el consejo de administración de la empresa de turno. El caso del Estado español es, en ese sentido, paradigmático, porque hay varios ejemplos: Felipe González (Gas Natural), Aznar (Endesa), Pedro Solbes (Barclays, Enel), Piqué (Vueling), Narcís Serra (Caixa Catalunya), Josu Jon Imaz (Petronor) o Acebes son sólo unos ejemplos que componen la punta del iceberg.

Este modo de actuación confirma la apuesta por el capitalismo del actual modelo de construcción Europea. Como consecuencia de estas políticas que se están aplicando, la clase trabajadora europea es la que está pagando los excesos del capital; excesos que ahora se traducen en aumento del desempleo y la pobreza y el recorte de derechos laborales y prestaciones sociales.

Desde LAB tenemos claro que lo que está en crisis es el sistema capitalista a nivel general y, con él, el modelo de construcción europea que hemos conocido hasta ahora, es decir, la Europa del Capital y los Estados. Frente a ello, nosotros apostamos por una Europa Social y de los Pueblos.

2.- Necesidad de alternativas.
En un momento en el que la derecha mediática y los diferentes gobiernos estatales y regionales de la UE pretenden hacernos creer a la clase trabajadora que no hay más opción que digerir sus políticas neoliberales, unas recetas que tan amargas consecuencias tuvieron ya en las décadas de los 80 y 90 en Latinoamérica y están teniendo hoy día aquí, es necesario que desde el sindicalismo de clase y los movimientos sociales, sin caer en la resignación, pongamos alternativas encima de la mesa.

La izquierda consecuente y el sindicalismo de clase europeos debemos plantear la necesidad de una Europa Social y de los Pueblos.

Cuando hablamos de alternativas, de otras respuestas posibles ante la crisis capitalista, merece la pena que nos detengamos en el caso de Islandia:
La crisis golpeó a Islandia conduciéndola a la bancarrota y condenando a la miseria a varias familias. Los islandeses cambiaron el gobierno, se han negado en dos referéndums a dar dinero público a los bancos británicos y holandeses (que eran los mayores poseedores de deuda pública islandesa), han encarcelado a algunos directivos de los bancos que quebraron y están juzgando al ex primer ministro por su responsabilidad en la situación del país. Además, se han puesto a redactar una nueva constitución para evitar que situaciones así se vuelvan a dar.

La clase magistral islandesa es clara, a ver si aprenden los gobiernos europeos: dimisión de todo un gobierno, nacionalización de la banca, referéndum para que el pueblo decida acerca de decisiones económicas fundamentales, encarcelamiento de algunos de los responsables de la crisis, elaboración de una constitución por mandato popular a ciudadanos independientes y blindaje, vía proyecto de ley, de la libertad de información y expresión.

El caso islandés, a pesar de que los grandes medios de comunicación no nos hablan de él porque no les interesa que se vea como un ejemplo, demuestra que, si hay voluntad política, se puede juzgar a los responsables de la crisis, que no es obligatorio dar dinero público a la banca responsable del fiasco, que la clase política debe responder de sus políticas nefastas y que es posible la participación política en la res publica (“cosa pública”). Si es posible en Islandia, que siempre había sido un modelo para los países de la Unión Europea cuando en el 2007 era el primer país en la escala del índice de Desarrollo Humano, ¿Por qué no se fijan ahora en Islandia los Estados de la UE? ¿Tal vez porque no les interesa?

Además, para poder trabajar alternativas al modelo de construcción europea imperante, urge que el sindicalismo de clase, los partidos de izquierda consecuente y los movimientos sociales europeos acordemos unas reivindicaciones mínimas y, en la medida de lo posible, coordinemos nuestras fuerzas y nuestras luchas, porque nuestros enemigos de clase ya se coordinan entre ellos a la hora de aplicarnos sus “recetas”.

Es necesario plantear determinadas medidas:

– Solicitud de establecimiento de un Salario Mínimo Interprofesional en toda la Unión Europea.
– Establecimiento de un Estatuto de las y los trabajadores para toda la UE, que contemple una serie de Derechos para todos y todas los trabajadores de la UE.
– Medidas legislativas tendentes a limitar la deslocalización y los despidos colectivos en empresas con beneficios.
– Garantizar la plena igualdad de derechos, prohibiendo toda discriminación por razón de género, edad, raza, nacionalidad o religión.
– Medidas tendentes a poner fin a la privatización de servicios públicos y de interés general.
– Solicitud de la implementación de la jornada de 35 h. semanales y rechazo del retraso de la edad de jubilación, para luchar contra las altas tasas de desempleo que hay hoy día en la UE como paso hacia el reparto del empleo.
Todas estas medidas, y otras muchas, son perfectamente aplicables en el actual sistema capitalista, son unas medidas urgentes para combatir la crisis capitalista actual. Sólo hace falta voluntad política para aplicarlas, algo que hoy día les falta a los partidos gobernantes en la UE, que legislan para la banca y las ETN y en contra de los intereses de la clase obrera europea.
• Hoy día en Europa es necesaria la cooperación entre las diferentes organizaciones sindicales de clase, partidos políticos de izquierda y movimientos sociales que criticamos el actual modelo neoliberal de construcción europea, en base a reivindicaciones de mínimos como las que acabamos de apuntar, u otras de carácter similar. Desde LAB estamos dispuestos a colaborar en ese sentido con otras organizaciones sindicales internacionales y nacionales que quieran luchar para cambiar de raíz esta realidad.
• Igualmente, la defensa de esa tabla de mínimos, debería ir acompañada de un impulso de movilizaciones a nivel europeo por parte del sindicalismo de clase y de izquierdas, a fin de socializar dicha tabla reivindicativa, a fin de no quedarnos en un plano meramente reivindicativo. En esa línea, las organizaciones sindicales miembros de la Federación Sindical Mundial (FSM), a la cual LAB estamos afiliados, nos movilizamos el pasado 3 de octubre a nivel mundial en el marco de la Jornada de Acción Internacional.
• Llegados a este punto creemos necesario denunciar que por parte de determinados estamentos e instituciones de la Unión Europea (UE) se discrimina una concepción sindical, la que cuestiona de raíz el actual modelo de construcción europea al servicio del capital. Desde LAB pedimos que a la Federación Sindical Mundial (FSM) y, en concreto a su Oficina Regional Europea (Eurof) se le dé el mismo grado de reconocimiento que a la Confederación Europea de Sindicatos (CES), ya que la FSM y la Eurof también representan a una parte importante del sindicalismo de clase europeo.

 

Por ello, no es de recibo que determinadas instituciones, cargos o partidos políticos no tengan un trato normalizado con la FSM, cuando sí lo tienen con otras organizaciones sindicales internacionales como la Confederación Sindical Internacional (CSI) o la CES. En una Europa plural y democrática no cabe discriminar ninguna opción política o sindical, y en esa labor lo partidos políticos de izquierda europeos podéis realizar una gran contribución. Esperamos contar para ello con la ayuda de vosotros y de vuestras organizaciones políticas de izquierda en las instituciones europeas.

3.- Lucha sindical en el País Vasco: una realidad desconocida.
Si bien no pretendo centrarme en exceso en la situación concreta de mi Pueblo, el País Vasco, dado que uno de los objetivos de este seminario es, además de abordar de forma genérica la situación en Europa, analizar también la situación social y sindical en cada uno de los países, haré brevemente referencia a la situación de lucha sindical y social en el País Vasco.

En primer lugar es necesario poner de relieve que la situación sindical en el País Vasco es muy diferente a la del resto del Estado español. En nuestra tierra, hay una situación diferente no sólo a nivel político, sino también económico, social y, como decíamos, también sindical.

Hay una mayoría sindical distinta a la del resto de territorios del Estado español, ya que los sindicatos estatales españoles son minoritarios en el ámbito del País Vasco, y esto es fundamental para entender por qué en el País Vasco se ha dado una respuesta sindical, obrera y popular distinta a las del Estado español desde que comenzó la crisis.

Así, el sindicato al que represento, LAB, conforma junto con otros sindicatos vascos, lo que se ha venido a denominar la mayoría sindical vasca. Una mayoría sindical que se caracteriza por practicar un sindicalismo de clase y de lucha, alejado del mal llamado diálogo social,que a nuestro juicio, por lo menos en el Estado español ha supuesto un abandono de la lucha sindical en los centros de trabajo y en la calle.

En el País Vasco, LAB junto con la mayoría sindical vasca, hemos respondido con una agenda propia a la actual crisis capitalista. Así, desde que comenzara la actual crisis capitalista, y más concretamente desde 2009 en el País Vasco hemos realizado 4 Huelgas generales y decenas por sectores. Estas Huelgas Generales se han caracterizado por responder en clave de movilización y lucha a las reformas antisociales y antiobreras planteadas durante los años 2009/2010 por el gobierno del PSOE (reforma laboral con abaratamiento del despido, bajada de salarios a empleados públicos, retraso de la edad de jubilación en el futuro de los 65 a los 67 años, recorte del gasto social), y ahora por el gobierno de derechas del Partido Popular (abaratamiento del despido, desregulación de la negociación colectiva otorgando capacidad de tomar decisiones unilaterales a los empresarios en casi todos los ámbitos, recortes del gasto social, etc.). En definitiva, políticas similares a las que se están aplicando en otros Estados de la UE, tal y como veíamos en los puntos anteriores.

Pero la clase trabajadora y los sindicatos del País Vasco no nos limitamos a oponernos a esas políticas ultraconservadoras y antisociales, sino que también exigimos que, tal y como deseamos la amplia mayoría, se establezca un Marco Vasco de relaciones Laborales y Protección Social, y no se continúen aplicando directamente las decisiones que se adoptan en Madrid para el País Vasco, ya que somos un Pueblo diferenciado y, sobre todo, porque las mayorías sindicales y políticas son muy diferentes en nuestra tierra, porque la voluntad libremente expresada de la ciudadanía vasca así lo quiere.

Esta reivindicación del Marco Vasco de Relaciones Laborales y Protección Social (MVRL) es un clamor en el País vasco y es una de las reivindicaciones que se han planteado por parte de la mayoría sindical vasca en las 4 Huelgas generales que se han celebrado desde 2009. No es casual que el País Vasco sea la única nación sin Estado de Europa que ha respondido con una agenda sindical propia (y diferenciada de la del Estado español) a la actual crisis capitalista. Decimos esto con toda humildad, pero al mismo tiempo orgullosos de que así haya sido. Incluso la última Huelga General del 29 de marzo fue en primer lugar convocada en el País Vasco, y después los sindicatos estatalistas españoles se sumaron a esa fecha, al igual que otros sindicatos de diversas naciones del Estado español.

Asimismo, los sindicatos vascos planteamos ya en 2009 10 medidas urgentes para combatir la crisis, que fueron apoyadas por más de 132.000 trabajadores y trabajadoras vascos con su firma. No voy a enumerarlas todas, pero sí voy a resumir lo que plantean:

– No a los despidos colectivos: defensa de un empleo de calidad.
– Aumento del gasto social hasta alcanzar, como mínimo, la media de gasto de la Unión Europea, sobre todo en materia de sanidad y educación.
– Cambio en las políticas presupuestarias, estableciendo una política fiscal justa y progresiva que sirva para un reparto más equitativo de la riqueza.
– Impulso del sector público como motor del desarrollo económico y social.
– Garantizar el respeto a la libertad sindical.
– Fomento de la participación de la sociedad en el diseño de las políticas económicas y sociales.
– Impulsar un Marco Vasco de Relaciones Laborales y Protección Social, para que las decisiones en materia económica y social se adopten en nuestra tierra, respetando la diferente realidad y las diferentes mayorías que se dan, y no en Madrid o París.

Los ejemplos de lucha sindical están siendo numerosos (aunque menos que lo que quisiéramos, es verdad) en Europa: ahí están las recientes huelgas generales de Bélgica, Italia, Portugal, las numerosas huelgas de Grecia, entre otras muchas.

Debemos ser conscientes de que, a medida que la lucha aumente, también lo hará la represión contra los sindicatos consecuentes que decidan plantar cara a las políticas de las oligarquías de cada país. Así, en el Estado español el partido gobernante del PP y la derecha mediática están sugiriendo limitar y recortar aún más el derecho de huelga y criminalizar incluso la lucha sindical.

Por ejemplo, durante la pasada Huelga general del 29 de marzo hubo decenas de detenciones y también en días posteriores se detuvo a dos sindicalistas de LAB, hecho totalmente denunciable.

En este sentido, dejadme que envíe un saludo al compañero Rafael Díez Usabiaga, ex – Secretario General de LAB durante 16 años, injustamente encarcelado junto con otros 4 compañeros por el único “delito” de haber luchado por la liberación social y nacional del Pueblo Vasco. A pesar de recibir el apoyo masivo de la clase trabajadora vasca, tal y como demuestran las manifestaciones de miles de personas exigiendo su puesta en libertad, continúa hoy día injustamente encarcelado en el Estado español.

Es necesario que independientemente del sector en que trabajemos y del país de cada uno de nosotros y nosotras, tengamos claro que la lucha es común, y que lograr un cambio político que conduzca a un cambio social, tal y como nos enseña el ejemplo de Latinoamérica es algo posible, debe ser posible, también en Europa. Mirémonos en ese espejo. En Latinoamérica les aplicaron en las décadas de los 70, 80 y 90 las mismas medidas antisociales y antiobreras que hoy día están tomandose en Europa, al dictado del FMI y del Banco Mundial.

Afortunadamente, los Pueblos de Latinoamérica despertaron y hoy día, los gobiernos progresistas de esa región del mundo están caminando en la dirección opuesta, nacionalizando empresas, aumentando el peso del sector público en la economía, destinando cada vez más dinero a educación y salud, recortando los gastos policiales y militares (que en la UE han aumentado estos últimos años), etc. El sindicalismo de clase latinoamericano está jugando además, un importante papel en esa tarea. Deberíamos aprender en Europa de ellos.

Como decimos en mi idioma, el vasco: JO TA KE IRABAZI ARTE!! (=LUCHEMOS SIN DESCANSO, HASTA LA VICTORIA)

¡VIVA LA CLASE TRABAJADORA DE EUROPA Y DEL MUNDO!

Igor Urrutikoetxea (Secretario de Relaciones Internacionales de LAB, País Vasco)

En Bruselas, abril de 2012

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