El Comité de Argal, trás casi un año negociando y 2 meses de intensa lucha, firma el Pacto de Empresa, haciendo frente a la reforma laboral y a las pretensiones patronales de precarizar la planta.
El lunes, 3 de Marzo, la plantilla de Argal dio por finalizada su pelea en defensa del convenio, llegando a un acuerdo con la empresa. Ha sido una pelea larga, constante e intensa. Todos los días se han sucedido movilizaciones en la fábrica apoyadas por toda la plantilla, que en todo momento se ha mantenido unida.
Concentraciones en las oficinas de la Dirección, pitadas a la Gerencia, manifestaciones multitudinarias en Lumbier, encierros del Comité en la fábrica, paros parciales del 100% de la plantilla, corte de carretera, y una paisaje plagado de pancartas y pegatinas reivindicando un convenio justo, han conseguido que la Dirección de Argal cese en sus intenciones de condenar a las próximas generaciones de la planta a la eterna precariedad.
El Comité de Argal ( 5 miembros de LAB y 3 de ELA), avalados por la totalidad de la plantilla, ha firmado el Pacto por el que llevan meses peleando. Acuerdo que además de hacer frente a la reforma laboral, evitando que la empresa pueda descolgarse en materia salarial, es decir, impidiendo que la empresa pueda reducir los salarios ni dejar de aplicar las subidas pactadas, obliga a la empresa a crear 34 puestos de trabajo indefinidos y, lo más destacable, obliga a la empresa a que las nuevas contrataciones sean en las mismas condiciones que las del resto.
Lo más destacable ya que el mayor objetivo demostrado por la empresa en estos meses ha sido dividir a la plantilla, intentando crear una doble escala salarial, en la que las nuevas incorporaciones se verían sin el complemento de antigüedad que estaba recogido en el pacto.
Pero lejos de dividir a la plantilla el efecto que ha provocado la Dirección de Argal ha sido el contrario, encontrándose de frente con una plantilla totalmente unida que defendía sus derechos y los de los que vendrán después. Además, han conseguido que sus reivindicaciones no solamente se quedaran en la fábrica, sino que todo el pueblo de Lumbier ha echo suya esta pelea, y también ha salido a la calle en solidaridad con lo que ocurría en la planta, a sabiendas de que lo que estaba en juego no eran solo los derechos de la plantilla sino el futuro de todo el pueblo.
Desde LAB queremos aplaudir la rotundidad con la que la plantilla de Argal ha defendido sus derechos y se ha mantenido unida, a pesar de las claras intenciones de la empresa de dividir la pelea y emplear las herramientas que le otorgó la reforma laboral para recortar y precarizar las condiciones laborales.