La coordinadora general Garbiñe Aranburu ha comparecido en rueda de prensa para dar cuenta de un nuevo paso hacia la regularización de las y los trabajadores de Glovo. Ha anunciado que LAB va a plantear un conflicto colectivo para que a cada trabajador o trabajadora se le aplique el convenio colectivo de hostelería.
La aparición de las plataformas digitales ha supuesto una nueva reconfiguración de las relaciones laborales, nuevas fórmulas de contratación y de explotación laboral. La digitalización, en lo que respecta a los derechos de las y los trabajadores, lejos de ser un avance, ha supuesto un retroceso claro, una vuelta de tuerca más en la precarización.
La característica principal de empresas como Glovo es que actúan en fraude de ley y se sienten impunes para poder hacerlo. Evitan a toda costa reconocer la relación laboral como trabajadores y trabajadoras por cuenta ajena.
Obligan a las y los trabajadores a darse de alta en el régimen de autónomos. Pero no tienen nada de autonomía a la hora de organizar su trabajo ya que dependen de unos algoritmos.
La primera consecuencia es que se ven abocado y abocadas a trabajar en la precariedad más absoluta, sin un horario de trabajo determinado, sin un salario establecido, sin derecho regulado a las vacaciones o sin derecho a la salud laboral y lo que es peor aún, se ven abocados a entrar en la guerra entre vulnerables, ya que este sistema de trabajo está pensado para que las y los trabajadores compitan entre sí por un salario que les permita llegar a fin de mes.
Pero esta forma de trabajar tiene también una segunda consecuencia no menos importante que la primera. Está fórmula de contratación les despoja del derecho a la negociación colectiva, no tienen derecho a elegir representantes sindicales. En definitiva, de lo que se trata es de que no tengan instrumentos de defensa colectiva.
Estas nuevas formas de trabajo suponen un reto para el sindicalismo. Además, somos perfectamente conscientes de que la proliferación de las plataformas digitales ha venido para quedarse, que son muchos los servicios que se pueden ofrecer a través de esas plataformas. Y es por eso que nos parece muy importante marcar posición respecto a los derechos de las y los trabajadores.
LAB ha hecho una apuesta clara para renovar el sindicalismo, para ofrecer un nuevo sindicalismo, porque somos un sindicato que quiere ser un instrumento útil para todo el colectivo trabajador. Por eso, desde el principio y desde el momento en el que estas empresas han tenido entrada en nuestro país, hemos tenido muy claro, que teníamos que actuar, que no podíamos permitir esta explotación laboral.
En todo este, proceso tenemos dos objetivos muy claros:
- Primero: terminar con el fraude de ley que se está produciendo en la contratación y que se reconozca su relación laboral. Que se reconozca que son trabajadores y trabajadoras por cuenta ajena y que se deben integrar en el Régimen General. Se tienen que equiparar en derechos al resto de trabajadores y trabajadoras.
- Segundo: establecer un marco de regulación para las condiciones de trabajo, reconociendo su derecho a la Negociación Colectiva.
Llevamos más de tres años en esta pelea. Hemos metido denuncias en la Inspección de Trabajo, hemos acudido a los juzgados, hemos activado la acción sindical y hemos dado pasos para organizar al colectivo dentro del sindicato.
Está lucha ya ha dado sus frutos. Aún queda mucho camino por recorrer y vamos a seguir planteando soluciones.
En lo que respecta al primer objetivo, el recorrido realizado por las denuncias en la Inspección de Trabajo y las diferentes sentencias judiciales no dejan lugar a dudas, la relación laboral es indiscutible. En el caso de Bizkaia, ya existe una sentencia firme del Tribunal Superior de Justicia reconociendo que las y los trabajadores de Glovo son trabajadoras por cuenta ajena, que pueden solicitar la aplicación del Estatuto de los Trabajadores y que pueden incoar una demanda de cantidades con un año de retroactividad.
Pensamos que en el resto de herrialdes, una vez de que termine el recorrido de las denuncias y el recorrido judicial, el resultado será el mismo.
La propia Ley Rider también recoge expresamente que son trabajadores y trabajdoras por cuenta ajena. Una ley que se ha quedado corta en la regulación para evitar comportamientos inaceptables de las empresas riders.
Es totalmente denunciable la actitud de entorpeciemiento que está teniendo Glovo en todo este proceso, evitando reconocer la relación laboral, presionando y chantajeando a la plantilla, asumiendo las multas por no regularizar la situación de sus trabajadores y trabajadoras. Son actitudes mafiosas para un incumplimiento planficado. Y esto es posible porque desde la administración no se está actuando con determinación para erradicar estas prácticas y porque se sienten impunes para ello.
Por ello, hemos denunciado a Glovo ante la fiscalía por un delito grave y continuado contra los derechos de las y los trabajadores.
En lo que respecta al segundo objetivo, el de establecer un marco para regular sus condiciones laborales, vamos a plantear un conflicto colectivo para que a cada trabajador o trabajadora se le aplique el convenio colectivo de Hostelería.
Es el momento para dar un paso más y lo hacemos porque pensamos que hay necesidad pero sobre todo porque pensamos que hemos generado las condiciones para poder hacerlo.
En el Acuerdo Marco de Hostelería de la CAV, ya se recoge al colectivo rider en el ámbito de aplicación del convenio de Hostelería.
La posibilidad de inclusión en el Convenio de Hostelería también está siendo avalada por sentencias judiciales que estamos consiguiendo.
LAB seguirá utilizando todas las vías posibles, la denuncia, la vía penal y la acción sindical hasta conseguir que se les garanticen sus derechos.