FVEM ha confirmado su apuesta por la desregulación del sector del metal, profundizando en la reforma laboral e ignorando que existe una sentencia que ratifica la vigencia del convenio. Sólo así se entiende que no acepte las mismas claúsulas que sí firma en otros sectores, que permitan garantizar un cumplimiento efectivo del convenio.
Asimismo ha confirmado que pretende utilizar el convenio como chantaje para sacar provecho. Sólo así se entiende su planteamiento de 250 horas de flexibilidad (más que lo que establece la reforma laboral) en un contexto de gran desempleo, o la pérdida de una serie de derechos como el cobro del complemento por accidente in itinere o por problemas musculoesqueleticos, entre otros.
Este no es el camino para dotar de estabilidad a más de 50.000 trabajadoras y trabajadores del metal de Bizkaia. LAB seguirá defendiendo en la mesa y en los centros de trabajo su propuesta.