El comité de empresa ha comparecido para informar de la situación que están viviendo en los últimos tiempos y reclamar soluciones inmediatas. Manifiestan el caos organizativo en el que se encuentran, lo cual acarrea la imposibilidad de llevar a cabo una buena labor preventiva, así como recortes operativos importantes. La inversión debe aumentar, tanto en recursos humanos como materiales.
Los trabajadores y las trabajadoras han señalado que en la actualidad el Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento es un servicio «sin rumbo» que se limita a resolver los problemas o averías del día anterior a la finalización de cada jornada. Así, la necesidad de un plan que articule los objetivos a corto, medio y largo plazo y los materiales necesarios para alcanzarlos es acuciante. Pero, tal y como han puntualizado los miembros de la plantilla, «es imposible hacerlo cuando los altos cargos llevan meses vacantes».
Esta situación, por ejemplo, afecta de forma significativa al ámbito de la prevención, impidiendo que este tipo de tareas se realicen adecuadamente y de forma que se eviten las desgracias de la ciudadanía. Una sola persona no puede realizar todas las funciones asignadas al área de Prevención y Divulgación. La supervisión de los expedientes, por ejemplo, se realiza de forma precaria, sin poder destinar el tiempo necesario para cada uno de ellos y con pausas y retrasos que afectan directamente a los ciudadanos y ciudadanas durante los periodos vacacionales. Además, se dejan de lado las inspecciones periódicas de las medidas de protección de las distintas actividades autorizadas.
En cuanto a la divulgación, el alumnado de los colegios hace unas pocas visitas al parque, pero nada más que eso. En materia de Protección Civil, el elevado número de eventos en la ciudad no deja tiempo para actualizar o desarrollar nuevos protocolos de actuación como el Plan Municipal de Emergencias.
Por todo ello, tal y como destacan los trabajadores y trabajadoras, la dependencia para con las personas que actualmente ocupan los puestos de trabajo es extrema. Y es que para estos trabajos se requiere mucha formación y experiencia, y hoy en día no hay personal de apoyo que garantice una transición ordenada.
Pero, además, la reducción operativa es evidente en el día a día de este personal. La presencia de al menos 11 bomberos y bomberas por turno no es suficiente. Y es que, por ejemplo, en los procedimientos de intervenciónes graves (un incendio industrial, por ejemplo) el equipo que se necesita ya sería de más de 11 personas solamente para esa intervención.
Sin embargo, hoy en día, a veces a las intervenciones salen menos bomberos y bomberas de los que establece el procedimiento. Esto supone, claro está, un riesgo en cuanto a la seguridad de los ciudadanos y ciudadanas y de los trabajadores y trabajadroas. Por otra parte, la existencia de un único operador u operadora de comunicaciones en muchos turnos merma la rapidez en la atención de emergencias. Así, si se atienden varias emergencias a la vez, no se puede hacer un seguimiento adecuado de las mismas.
Otro de los grandes problemas que viven en el parque de bomberos de Donostia es el del material, donde predominan los recursos obsoletos, como los vehículos. Así, la tecnología no está adaptada a las necesidades actuales y los tiempos de reparación también se alargan mucho. Por último, se reduce la seguridad para los trabajadores y trabajadoras y demás personas usuarias de las vías. Como ejemplo significativo, cabe destacar que uno de los camiones ni siquiera tiene cinturón de seguridad.
Todos estos problemas denunciados son aún más incomprensibles teniendo en cuenta que UNESPA, la asociación de aseguradoras, aporta al ayuntamiento casi un millón de euros al año para la inversión en la mejora del servicio de bomberos y bomberas. En cambio, el ayuntamiento no lo utiliza para eso. En 2023, por ejemplo, ha invertido 0 euros de ese dinero recibido.
Peticiones concretas
Teniendo en cuenta todo lo anteriormente expuesto, el personal del servicio de bomberos del Ayuntamiento de Donostia solicita que se resuelva urgentemente el caos organizativo. Es decir, cubrir de forma inmediata las plazas vacantes y realizar un diagnóstico exhaustivo que sirva de referencia para la redacción, puesta en marcha e implantación del primer Plan Estratégico del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento.
En segundo lugar, solicitan que se solucionen las lagunas en materia preventiva, precisando que en el área de Prevención y Divulgación debería haber al menos una persona más, mientras que en la de Protección Civil debería haber al menos dos personas más.
En cuanto al problema de los recortes operativos, se debería redimensionar la plantilla operativa para disponer de un ratio mínimo que garantice la seguridad de ciudadanos y trabajadores. Así, para igualar los ratios del resto de Gipuzkoa o Bilbao (1/12000 habitantes), debería haber al menos 22 bomberos y bomberas por turno.
En cuanto a la plantilla de operadores y operadoras también es necesario ampliar el grupo para que haya 2 personas al cargo de las comunicaciones en todos los turnos.
Por último, los trabajadores y las trabajadoras recuerdan que el dinero procedente de UNESPA debe destinarse íntegramente al capítulo de inversiones del presupuesto del servicio, ya que, además de ser esencial, es una obligación legal del ayuntamiento, siguiendo la jurisprudencia establecida por la STS 3722/2020.