Un trabajador de 59 años, vecino de Orozko, ha fallecido esta mañana, pasadas las 6:00, en su puesto de trabajo en la empresa Aianox de Murga. Al poco de incorporarse al trabajo, se ha sentido mal y ha fallecido; posiblemente, a raíz de un infarto.
Con esta muerte, son al menos 71 las y los trabajadores fallecidos en lo que va de año en Euskal Herria, sin olvidar que Joaquín Beltrán continúa aún desaparecido en el vertedero de Zaldibar desde febrero pasado.
En primer lugar, queremos hacer llegar nuestra solidaridad y apoyo a familiares y compañeros y compañeras del trabajador fallecido. Los accidentes no traumáticos son accidentes de trabajo. No se dan por casualidad en horario de trabajo, por mala suerte o fatalidad, como dicen los empresarios. Está demostrado que las malas condiciones de trabajo, las presiones y el estrés son algunos de los factores más importantes en los accidentes cardiovasculares.
Además, los accidentes no traumáticos, los infartos y los ictus, se han convertido en la principal causa de accidentes laborales mortales. El 25% de las y los trabajadores fa- llecidos en 2020 ha muerto en accidentes no traumáticos.
Detrás de los accidentes de trabajo se encuentran las condiciones de trabajo. La subcontratación, los elevados ritmos de trabajo, las presiones o el autoritarismo provocan estrés, y derivado del mismo, numerosas patologías que tienen que sufrir las trabajadoras y trabajadores. Tenemos claro que los accidentes laborales, traumáticos, no traumáticos o in itinere, no son fruto de la mala suerte o la casualidad, sino resultado de las relaciones laborales, la precariedad, la regulación laboral y la subcontratación.
En LAB lo tenemos claro: necesitamos vidas y empleos dignos. Tenemos derecho a volver de nuestros trabajos sanas y con vida. Éste o cualquier otro accidente laboral no son hechos aislados, son reflejo de un modelo productivo en el que prima más la economía que la salud y la vida de la clase trabajadora. Tenemos claro que la movilización y la lucha son las únicas armas que tenemos para acabar con esta lacra. Necesitamos un cambio de rumbo, un cambio de modelo donde la salud y la vida de la clase trabajadora sea el elemento principal. Por ello, desde LAB llamamos a la lucha por unas condiciones de trabajo dignas.