Aunque el paro registrado en abril haya descendido en Hego Euskal Herria, persisten la mala calidad del empleo y la precariedad. Nos gustaría destacar la delicada situación de tres colectivos: mujeres, parados y paradas de más de 45 años y jóvenes.
En lo que respecta a las mujeres, cabe destacar que son mayoría entre las personas desempleadas (57,7%). Y entre las que tienen empleo, las jornadas parciales tienen mucha mayor presencia que entre los hombres, con todas las consecuencias que ello conlleva.
En relación a la edad de las personas desempleadas, el mayor lo constituyen las personas mayores de 45 años, con un 50,57%, seguidas de las que tienen entre 30 y 44 (33,73%), las que tiene entre 25 y 29 (8,18%) y las menores de 25 (7,40%).
El análisis de la contratación también revela la mala calidad del empleo que abre las puertas a la precariedad. De hecho, entre los contratos realizados en marzo, un 48,5% fueron eventuales por circunstancias de la producción (48,5%) o de obra o servicio (26,3%). Los contratos indefinidos, por su parte, solo supusieron el 5,2% del contral de contrados.
Esta mala situación del mercado laboral afecta en mayor medida a la juventud, ya que solo dispone de un empleo de mala calidad y totalmente condicionado por la precariedad.
Por lo tanto, podemos concluir que el descenso del paro registrado no oculta los principales rasgos de un mercado laboral basado en el empleo de mala calidad y la temporalidad, que dificulta poder llevar una vida digna a miles de trabajadores y trabajadoras. Un pueblo que fomenta la precariedad no tiene futuro porque no garantiza la oportunidad de tener una vida digna.