El hombre, de 66 años, es el trabajador número 47 fallecido en accidente laboral en Euskal Herria este año, y ha caído al agua en una entrada y salida de mar a tierra. Ni Osalan ni la Inspección de Trabajo han calificado lo ocurrido de muerte laboral, alegando que el operario se encontraba en días de descanso.
LAB ha querido mostrar su dolor y solidaridad a familiares, amistades y compañeros y compañeras del fallecido. Testigos presenciales han indicado al sindicato que la embarcación Corvo de Galicia llevaba varios días en el puerto de Ondarroa. Cuando el barco estaba atracado, las y los pescadores han estado viviendo allí durante sus días de descanso y el pescador fallecido, de 66 años, ha salido del barco a tierra y ha caído al agua en una de estas salidas. Horas más tarde, han encontrado su cadáver en el agua.
LAB lleva tiempo denunciando las precarias condiciones de vida y trabajo de las y los pescadores y luchando por dignificarlas. Debido a las características de la actividad pesquera, las y los pescadores se encuentran en la obligación de a encontrar un lugar donde vivir en la localidad donde su embarcación está atracada mientras dura su tiempo de descanso. Pero cuentan con recursos y apoyos limitados para ello y en la mayoría de los casos, incluso durante el tiempo de descanso, se quedan en el barco. En el caso de Ondarroa, existe la Casa del Mar, pero como hemos sabido estos días, la Diputación Foral de Bizkaia ha suprimido este servicio y ha establecido una actividad privatizada para atender a menores. Tal y como ha señalado en una nota, LAB considera necesaria la implantación del servicio de Centro de Personas Menores No Acompañadas, máxime cuando la red de Bizkaia está saturada y es muy difícil dar un servicio de calidad con los recursos actuales, pero debería hacerse a través de una planificación integral, no por medio de improvisaciones y privatizaciones.
Desgraciadamente, son frecuentes los accidentes que se producen en las entradas y salidas del barco al puerto y, aunque resulte increíble, todavía no existen las pasarelas y las medidas de seguridad necesarias para proteger las vidas de las y los pescadores. Al igual que se renuevan y adecuan las infraestructuras terrestres, como ha ocurrido en Ondarroa en fechas recientes, es necesario realizar cuanto antes las adaptaciones ligadas a la seguridad laboral también en los barcos. Esta nueva muerte deja claro que la autoridad portuaria debería tomar medidas.
Ante esta situación, ni Osalan ni la inspección de trabajo han considerado este muerte como accidente laboral y así nos lo han transmitido. Los accidentes que sufren las y los pescadores que viven en los barcos obligados por las condiciones de su trabajo son provocados por estas condiciones. Por lo tanto, no cabe la menor duda de que la patronal y la administración deben adoptar medidas para evitar los accidentes causados por el trabajo en los términos anteriormente citados.
La medida preventiva más importante es revertir las condiciones precarias del sector y, de paso, que la administración no elude su responsabilidad situando estas muertes fuera del trabajo, porque así no se evitarán nunca.