Hemos tenido noticia de una remodelación en el área de gerontopsiquiatría del hospital psiquiátrico de Araba, que traerá consigo la desaparición de puestos de trabajo.
El pasado 7 de febrero se dio a conocer la desaparición de 43 camas de dicho hospital, lo que supone prácticamente una cuarta parte de su capacidad. Una de las áreas, la de Rehabilitación Intensiva, ha desparecido junto con parte de los trabajadores y trabajadoras, siendo la categoría de técnicos de auxiliar de enfermería la más afectada.
En un momento en el que son habituales las continuas noticias del incremento de necesidad de atención mental en los medios de comunicación y un aumento del 40% de atención mental en menores de 35 años según los datos de la misma jefatura presentados hace dos meses, estas medidas de recorte solo son coherentes bajo la estrategia de privatización que van instalando y que supone la única oferta para la salud mental por parte de la consejería.
El 7 de junio la dirección de la red salud mental de Álava comunicó que una de las áreas se va a remodelar, en esta ocasión la de Gerontopsiquiatría. Tras esta actuación, desaparecerán tres técnicas auxiliares de enfermería.
Por otro lado, se dará paso a la autoconcertación, lo cual supone la realización de peonadas por parte de profesionales de la psiquiatría, aparte de sus jornadas laborales habituales. En lugar de dotar a la Red de Salud Mental de un mayor número de profesionales, optan por medidas temporales basadas en las horas extra.
Para algunos y algunas pacientes de esta unidad ya se han iniciado las gestiones para su traslado a residencias privadas. Todo indica que es una estrategia bien orquestada para continuar desmantelando y privatizando la atención sanitaria mental.
En aras de una supuesta modernización de la Salud Mental, se está privatizando dicha atención, dejando en absoluta indefensión a los pacientes en manos de empresas privadas y destruyendo empleo público, por lo que volvemos a animar a pacientes, familiares y trabajadoras a continuar las movilizaciones para frenar el ansia de privatización que centra las politicas sanitarias impulsadas por PNV y PSE.