El consejero Darpón falta a la verdad cuando dice que no se realizan o van a realizar nuevas privatizaciones en Osakidetza. Y decimos que falta a la verdad, porque creemos sinceramente que el Sr. Darpón no se entera de lo que pasa en sus hospitales y centros de salud. De otro modo, no se escaparía a su conocimiento que en Osakidetza, además de en los negocios “de siempre” como limpieza, seguridad, cocina o lavandería, se están promoviendo privatizaciones en áreas como la investigación, la innovación y las tecnologías de la información.
El Sr. Darpón debería saber que en los últimos años se ha ido privatizando en los hospitales el trabajo de los archivos clínicos, de lo cual ha salido especialmente beneficiada la empresa Document XXI, de la que fue durante muchos años consejero su anterior Director de Asistencia Sanitaria, D. Antonio Arraiza Armendariz.
Debería saber también que la privatización ha llegado a la Documentación Clínica, área en la que contamos con profesionales de prestigio a nivel estatal pero en la que mucho nos tememos que se seguirá la misma filosofía que con los archivos: arrinconar a los profesionales “de la casa” en condiciones de trabajo cada vez más precarias y empezar a subcontratar a empresas externas, facilitando a éstas todas las herramientas de codificación que nuestros profesionales han ido construyendo.
Al Sr. Consejero hace mucho que le ha dejado de preocupar la gestión de Osakidetza, de otra forma no se entienden sus palabras negando lo evidente en el área de informática: no hace muchos meses se ha adjudicado a la empresa Ibermática un contrato de prestación de servicios para el Centro de Atención al Usuario Corporativo (CAU) de Osakidetza, por más de un millón de euros, dando continuidad así a la estrategia de privatización de servicios iniciada en el año 2012 con la UTE Prosodie-Ibermática.
Si verdaderamente le preocupara la gestión de Osakidetza, el Sr. Darpón sería más sensible al sentir de su personal clínico, cansado de continuos problemas informáticos, con una ya perenne sensación de dedicar más tiempo al ordenador que a atender a los pacientes. Le preocuparían, asimismo, los enormes gastos en la contratación de servicios externos en el ámbito de las tecnologías de la información, a la vista de la dudosa efectividad de macro proyectos como Osarean. Le preocuparía, muy especialmente, que a pesar del enorme gasto incurrido no acabemos de tener la tan anunciada historia clínica unificada que el programa eOsabide ya debió haber desarrollado, allá entre los años 2000 y 2004, como bien recordará por ser éste un proyecto estrella de sus tiempos de Director de Asistencia Sanitaria.
A diferencia de lo que hace el Sr. Darpón, la propia dirección de Informática de Osakidetza ha reconocido hace bien poco, en la ronda de visitas realizada a los centros a raíz del descontento generalizado del personal de informática ante el último intento de descapitalizar su trabajo, que SI se ha producido una privatización en el servicio de atención informática a usuarios.
Trasladaremos a la Dirección de Informática que, al igual que las y los informáticos de Osakidetza, no estamos de acuerdo con sus palabras de considerar que no merece la pena recuperar este servicio externalizado porque “no añade valor a nuestro negocio”. LAB defenderá que la asistencia informática, incluida el CAU, se preste íntegramente por personal de Osakidetza, con sueldos y condiciones laborales dignas, y le trasladaremos nuestra certeza de que se puede de esta forma ofrecer un servicio más barato y sobre todo más eficaz que el actual.
En definitiva, le trasladaremos de manera inequívoca nuestra voluntad de defender el empleo público frente a la actual política de externalización de servicios.