Hoy se ha publicado la Encuesta de Población Activa. Según los datos analizados, el paro ha descendido respecto al primer trimestre de 2022, hoy en día hay 6.600 personas paradas menos en Hego Euskal Herria. El paro femenino, en cambio, ha aumentado en 2.200 mujeres, un 4,9% en los últimos tres meses.
Si analizamos el origen de la población en paro, los datos confirman que el paro entre las personas procedentes de otros países fuera de la Unión Europea es significativamente más elevado (29,6% en la CAPV y 33,69% en Navarra) que el de las y los trabajadores migrados desde la Unión Europea (16,40% en la CAV y 2,49% en Navarra). A la elevada tasa de paro de las y los trabajadores migrados, hay que sumarle otra gran brecha según el origen de estas personas trabajadoras, un indicador para afirmar que la discriminación también está aumentando en el mundo laboral.
Tras la crisis financiera de 2008, el paro de larga duración alcanzó su punto álgido en 2015 y desde entonces ha ido descendiendo moderadamente, (debemos recordar que en 2021 denunciamos una nueva subida por la nefasta gestión de la pandemia) y hoy en día sigue en valores muy altos. De hecho, desde 2008 hasta la actualidad el paro de larga duración ha aumentado en 15 puntos y, dada la evolución de los últimos años, se ha convertido en estructural.
Teniendo en cuenta que es una escuesta, con los datos en función del tipo de actividad, podemos dibujar la estructura actual del mercado de trabajo y economía de Hego Euskal Herria, teniendo en cuenta que se trata de una encuesta. Aunque el 21,4% de las personas ocupadas en Hego Euskal Herria pertenece al sector industrial, ha habido un fuerte descenso en la ocupación en dicho sector respecto al año anterior (la ocupación en el sector de la industria ha descendido un 19,6%), principalmente en la industria manufacturera, en un 19,5%. En el comercio y la hostelería, en cambio, el aumento del número de personas ocupadas es constante, con un incremento del 20,9% desde el año pasado. Por otro lado, con un 25,2% de personas ocupadas en la administración pública, sólo aumenta un 2,3% la ocupación en este sector respecto al año pasado. Por tanto, mientras en la industria cada vez hay menos trabajadoras y trabajadores, en el comercio están en aumento. Hay que tener en cuenta que el comercio es un sector de gran precariedad e inestabilidad y que su crecimiento puede afectar al resto de sectores, empeorando las condiciones laborales y de vida de la clase trabajadora en general. En el mismo sentido, debemos entender que la ocupación juvenil aumente un 23,5% desde el año pasado, que, como ya hemos denunciado en varias ocasiones, no es más que mano de obra barata para el capital.
Como venimos denunciando repeditas veces en los últimos meses, a pesar de la caída del paro, la calidad del empleo se ha convertido en la principal preocupación, ya que los indicadores que permiten la precarización y la inestabilidad de las condiciones de laborales han aumentado, convirtiéndose en estructurales: brecha entre mujeres y hombres, alta tasa de paro de las y los trabajadores migrados y discriminación por origen, aumento de la ocupación en sectores con condiciones laborales precarias, desempleo de larga duración… A todo esto hay que añadir el encarecimiento de los alimentos básicos, la pérdida de poder adquisitivo al no actualizarse los salarios y pensiones en base al IPC, la subida de los tipos de interés…
Estamos ante una situación económica, política y social inestable y a corto y medio plazo no mejorará para la clase trabajadora. Prueba de ello es también la conflictividad en los centros de trabajo, que se intensificará a partir de septiembre según todas las previsiones. El sindicato LAB seguirá luchando por mejorar las condiciones de trabajo y de vida de todos los trabajadores para cambiar radicalmente un sistema que nadie puede sostener.