Estamos en plena emergencia ecológica y hay que llevar a cabo transformaciones de calado y a gran velocidad; siempre anteponiendo los intereses colectivos por encima de los beneficios empresariales. Por ello, desde LAB reivindicamos la participación de los y las trabajadoras en las transformaciones a dar en nuestro tejido socioproductivo, así como la priorización del control público y social en la transición energética necesaria para llevar a cabo la descarbonización de nuestra economía.
Hoy sólo quienes apoyan la agenda reaccionaria dudan de que estamos inmersos en plena emergencia ecológica. Primando el continuo crecimiento económico, hemos chocado con los límites biofísicos del Planeta y hemos comenzado a sufrir los riesgos advertidos durante décadas: efectos del cambio climático, la escasez de materiales y materias primas, la degradación del suelo…
Es imprescindible avanzar en una profunda transformación y la planificación del territorio se ha convertido en una prioridad indudable, así como generar herramientas para limitar los intereses del mercado y reforzar la intervención pública. La transición energética requiere planificación, control público y participación democrática.
Así las cosas, denunciamos que Araba, Bizkaia y Gipuzkoa están todavía sin Plan Territorial Sectorial, ya que se abren las puertas a la pretensión por parte de las empresas de implantar infraestructuras sin control. Subrayamos que no compartimos de ninguna manera el modelo de proyectos previstos en estos momentos en Araba. Un ejemplo de este modelo es el proyecto que la empresa Solaria tiene previsto realizar con placas fotovoltaicas para llevar energía hasta Zierbana. Difícilmente se puede entender desde una perspectiva de una transición ecosocial justa y en LAB nos oponemos firmemente a este proyecto.
Hay que regular el uso de la tierra, transformar los sistemas alimentarios actuales es fundamental para la transición ecosocial. Para ello hay que cambiar las reglas del mercado alimentario, salir de la lógica de los Tratados de Libre Comercio y apostar por un modelo agroecológico, dignificando el sector primario. Sólo apostando por la soberanía alimentaria y la exclusión del modelo agroindustrial y de fertilizantes químicos se puede desarrollar una transformación justa con la población, los y las trabajadoras y el Planeta.
En LAB nos hemos movilizado de acuerdo con estas reivindicaciones y seguiremos luchando, participando en convocatorias acordes con esta visión y haciendo nuestra propia aportación en los centros de trabajo, en la calle y en las instituciones. De hecho, consideramos una tarea de primer orden no dar cabida a una agenda reaccionaria que busca canalizar el malestar existente, por lo que consideramos más necesario que nunca construir alianzas, afinar discursos y movilizar a los y las trabajadoras en favor de una transformación ecosocial justa.