Aunque la propuesta del Departamento de Educación nos parece falta de concreción y lejos aún de las reivindicaciones que se hacen desde los distintos agentes que han tomado parte en la comisión, sí ha servido para demostrar que sólo la presión social puede lograr que se cambien las políticas públicas.
Además, tenemos que recordar que gracias a ésta presión también se aprobó en el parlamento la vuelta de las cocinas a los centros educativos.
Emplazamos a todas y todos a seguir aunando fuerzas y dinámicas de trabajo de construcción de un nuevo modelo de comedores escolares, en el cual, como hemos venido solicitando y proponiendo desde LAB, todas las partes de la comunidad escolar seamos actoras, que sea un comedor educativo, con autonomía, con soberanía alimentaria, y con unas condiciones laborales que acaben con la precariedad.
Subrayar, por último, que este Departamento de Educación sigue sin cumplir con la instancia que recibió del parlamento vasco en relación a la creación de una mesa de trabajo para trabajar propuestas de cambio, que LAB exige se ponga en marcha.