2024-11-05
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SINDICALISMO DE ACOMPAÑAMIENTO VERSUS SINDICALISMO DE CONTRAPODER (Ponencia de LAB)

NEGOCIACIÓN COLECTIVA EN CLAVE OFENSIVA AL SERVICIO DEL DESARROLLO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Y DE LAS GARANTÍAS SOCIALES

El diálogo social en el contexto del neoliberalismo. Alianza entre la clase política dominante y el poder económico

El Pacto Keynesiano se produjo como consecuencia de la lucha de clases, sus características básicas fueron otorgar al Estado la facultad de realizar políticas anticíclicas que evitaran crisis económicas como la gran depresión, actuando en el desarrollo de políticas de demanda tales como el desarrollo de los servicios públicos, protección social, impulso del empleo y los derechos laborales y propiciando el diálogo social y la negociación colectiva. Esto es lo que se ha venido denominando el Estado de Bienestar.

Sin embargo a partir de las crisis del año 74 motivada por la enorme acumulación de capital en manos de las empresas transnacionales y la especulación con respecto a la energía (producción del petroleo), el capital multinacional logró imponer su modelo de salida a la crisis a través de la ideología neoliberal y de adquirir cada vez más poder en los órganos económicos internacionales de decisión y en los propios estados.

Esta ideología neoliberal que básicamente consiste en sustituir el papel del Estado por el papel del mercado se ha impuesto, y como consecuencia su objetivo es reducir a su mínima expresión el poder político y social que ejerce el Estado, destruir el Estado de Bienestar como garante de los derechos sociales y poner a disposición del capital los recursos públicos a través de políticas fiscales regresivas y la mercantilización de los servicios.

No hemos sabido mantener el pulso, el poder económico nos ha envuelto prácticamente a nivel global en un modelo social y económico de corte y efectos clarísimamente agresivos para con la clase trabajadora, el neoliberalismo; los intereses de la clase trabajadora están en una fase de claro retroceso, y tan es así que prácticamente se está acabando incluso con ese modelo de Bienestar que de forma más o menos desarrollada en función del contexto geográfico trajo consigo el pacto keynesiano.

Estamos obligados a hacer una lectura muy crítica de cómo hemos llegado de una fase de confrontación que supuso la antesala del Pacto Keynesiano al estadio actual en el que prácticamente a nivel global hay un total simbiosis entre el poder político y el capital financiero, y en el que consecuentemente todas las políticas públicas tienen como objetivo alimentar los intereses del capital en detrimento de la clase trabajadora.

El propio poder político se ha convertido en la mayoría de los casos (y con honrosas excepciones que a lo largo de esta década están fructificando en algunos países) en el principal impulsor de la gran falacia que se esconde tras el discurso del "estado mínimo": el Estado no debe influir en absoluto en el desarrollo social y económico de una sociedad porque el mercado en sí mismo es capaz de regular la economía con un resultado favorable a todas las personas. Así la única labor que se arroga ese poder político es la de "dejar hacer" al mercado y garantizar este orden de las cosas a través del acompañamiento al capital poniendo las políticas públicas a su servicio, y medidas de orden público.

Así nos encontramos con que este poder político impulsa la mercantilización de los servicios que hasta ahora entendíamos como públicos, adopta medidas de política fiscal regresivas que no sólo no sirven para obtener un reparto más justo de la riqueza generada por las y los trabajadores sino que incluso sirven para todo lo contrario, para destinar los recursos de la clase trabajadora a alimentar intereses de clase del capital (macroproyectos y obras faraónicas de escasa utilidad social pero alta rentabilidad económica para unos pocos, prebendas a la clase política, dinero inyectado a la banca…), destina cada vez menos recursos públicos al gasto social, privatiza servicios públicos y mercantiliza derechos sociales básicos.

Mención especial merece esto último en tanto que acudo a este Congreso en representación de mi sindicato pero también como responsable de los servicios públicos, y es que en este afán del poder político por la privatización de los servicios públicos están empleando diferentes mecanismos pero sobre todo están empleando la estrategia del ir poco a poco pero firmemente, y de hacer las cosas de tapadillo para que permanezcan ocultas a los ojos de la ciudadanía: poco a poco van desprestigiando la labor de las y los trabajadores de los servicios públicos, deteriorando cada vez más los servicios públicos a través de la dotación de menos recursos para poder después presentar la iniciativa privada como la panacea de una buena atención pública, ocultan además que el último estadio será sin ninguna duda el pagar doblemente por dichos servicios (lo que de manera irónica han empezado a denominar "copago" y nosotras llamamos "repago").

En definitiva lo que está meridianamente claro es que en este contexto de férrea alianza entre el poder político y el económico, en este contexto en el que comparten intereses y la línea que les separa es prácticamente inexistente no hay lugar para el diálogo social, y la única alternativa para la clase trabajadora es la confrontación para a través de la lucha convertirnos en un verdadero contrapoder, no es una opción nuestra, es sin más nuestro deber, las y los trabajadores no podemos relajarnos, en ningún momento ni en ningún contexto podemos perder la tensión, debemos mantener el pulso en todo momento, es sin duda una lección que nos ha dado la historia pero ahora más si cabe, la confrontación es nuestra única alternativa y la confrontación debe ser nuestra principal obsesión.

Euskal Herria, un pueblo sin estado en el contexto neoliberal
En este contexto global yo vengo en representación de un sindicato pequeño de una pequeña nación, Euskal Herria, que además es una nación sin Estado, una nación oprimida por dos estados (español y francés) sin derecho a la autodeterminación, y por lo tanto sin derecho a decidir y desarrollarnos libremente.
Euskal Herria es una nación dividida a la fuerza en tres regiones y en tres situaciones jurídico-administrativas diferentes, no tenemos reconocidas competencias plenas para nuestro desarrollo como nación ni, en consecuencia, para nuestro desarrollo social y económico:

– No decidimos plenamente cuestiones de política fiscal y económica.
– No tenemos capacidad de decidir sobre derechos laborales

Y sin embargo tenemos una realidad social mayoritariamente favorable no sólo al derecho a decidir, sino sobre todo favorable a la construcción de un modelo social y económico diferente al que se nos impone.

Muestra de ello es que exista una mayoría sindical propia que en absoluto tiene nada que ver con el modelo sindical que representan los sindicatos estatales CCOO y UGT, nuestro modelo sindical es el de la confrontación y el contrapoder en tanto que el impulsado por CCOO y UGT es el del diálogo social y el del acompañamiento de las políticas públicas que está adoptando la clase política en el estado español.

Como consecuencia podemos decir que la lucha por nuestra liberación como pueblo contribuye a generar espacios de confrontación también en el ámbito sindical por las mejoras de nuestras condiciones de trabajo. El derecho a la autodeterminación de nuestro pueblo por tanto, se ha convertido no ya en una cuestión de índole única y exclusivamente identitaria, sino en una imperiosa necesidad social. De hecho se nos imponen reformas pactadas y/o amparadas en el ámbito del estado español por quienes en Euskal Herria son una minoría sindical (CCOO y UGT): reformas laborales, decretazos contra el sistema de pensiones públicas, reformas de agresión a la negociación colectiva, … La mayoría sindical vasca se ha movilizado y enfrentado a todas ellas con huelgas generales, manifestaciones sociales y movilizaciones de toda clase, y varapalos electorales a los responsables de todo ello pero aun así se nos han impuesto.

Evolución de los servicios públicos en Euskal Herria
En Euskal Herria partimos de un insuficiente desarrollo del Estado de Bienestar como consecuencia de la dictadura franquista, estamos muy lejos de los parámetros de desarrollo del gasto social (en materia de educación, protección social, sanidad, servicios sociocomunitarios, …) , con respecto a la media europea; en nuestro caso sólo en cuestiones relacionadas coen el orden público y los servicios de control estamos por encima de los parámetros europeos.

Sin embargo en cuanto a garantías públicas de nuestros derechos sociales nos encontramos con un insuficiente desarrollo de ese denominado Estado de Bienestar. Además en los últimos años estamos asistiendo a una estrategia de privatización prácticamente total y absoluta de todos los servicios públicos a la par que se recorta el gasto social.

Nos encontramos con que pretenden instrumentalizar el contexto de crisis para articular toda una nueva ofensiva sin parangón contra los servicios públicos; mucho nos tememos que estamos avanzando desde la privatización hacia un progresivo desmantelamiento de los servicios públicos, y seguramente hasta el total desmantelamiento del Estado de Bienestar.

En Euskal Herria no existe la negociación colectiva en el sector público
En los servicios públicos la mayor expresión de esta situación la encontramos en el hecho de que prácticamente no existe negociación colectiva.
De una parte se reservan al ámbito estatal muchas materias de la negociación colectiva tan fundamentales como la jornada y el salario, y de otra parte se restringen cada vez más las materias que se someten a negociación. Si a esto añadimos que la negociación viene determinada por unos presupuestos cada vez más reducidos para el desarrollo de los servicios públicos nos encontramos con que efectivamente poco margen tenemos para hacer una verdadera negociación colectiva. La negociación se está convirtiendo en una escenificación: presupuestos estatales que determinan salarios, legislación estatal que determinada jornadas, presupuestos autonómicos que reducen partidas de gasto social, una administración que en la negociación es juez y parte en tanto que si no hay acuerdo recurre a la imposición, poca o ninguna capacidad de hacer cumplir lo acordado (recortes salariales, o compromisos de no privatización incumplidos como ejemplo de ello), … evidentemente no hay negociación colectiva verdadera.

Estrategia: confrontación + sindicalismo sociopolítico
Sindicalismo de confrontación y socio-político para convertir a la clase trabajadora en un verdadero contrapoder
– El eje de nuestra estrategia es la disputa del poder en las relaciones laborales y las políticas públicas.
– Otorgar a la representación mayoritaria de las trabajadoras y trabajadores vascos la capacidad de negociación y decisión respecto al modelo de relaciones laborales y protección social.
– La confrontación como estrategia para disponer de instrumentos para decidir.
– Las trabajadoras y trabajadores de los servicios públicos debemos convertirnos en sujetos del cambio de las políticas públicas, no se trata de defender sólo cuestiones de índole laboral sino de apostar por el desarrollo de los servicios públicos y por otras políticas públicas.
– Necesidad de la alianza entre trabajadoras y trabajadores de los servicios y la administración pública y de las personas usuarias de los servicios
– Reclamación de derechos básicos de información y evaluación de los servicios públicos
– Ninguna complicidad con el andamiaje de participación institucional para legitimar las políticas públicas neoliberales.
– Diálogo social sólo tiene sentido si tiene contenidos y garantías de participación en la toma de decisiones, y en el control y evaluación de las políticas públicas.
– Otro modelo de servicios públicos comunitarios al servicio de la ciudadanía
– Convergencia de estrategias entre la mayoría sindical vasca y las opciones políticas comprometidas con un proceso de liberación nacional y social de EH.
– Impulsar la movilización sindical- La batalla que se pierde es la que no se da. Tres huelgas generales en dos años.

Intervención sociopolítica – Decálogo de los servicios públicos de LAB – pilar de la acción sindical de LAB en el ambito de los servicios públicos
En el ámbito de los servicios públicos la acción sindical de carácter sociopolítico adquiere una relevancia vital; no se puede dejar que una clase política cada vez más desapegada y ajena a los intereses de la clase trabajadora haga y deshaga los servicios públicos a su antojo, los sindicatos de los servicios públicos debemos incidir en su desarrollo y configuración desde nuestra perspectiva de clase.

En este sentido nuestra acción sindical tiene como eje las reivindicaciones que seguidamente presentamos y que hemos recogido en un documento denominado "Décalogo por unos servicios públicos de calidad":

1.- Negociación del Estatuto de las trabajadores y trabajadoras de la administración vasca que fije sus derechos y deberes. Marco vasco de negociación colectiva, para acordar las condiciones de trabajo. Los acuerdos que en estas materias se realicen en el ámbito vasco deben prevalecer sobre los de ámbito estatal.
2.- Garantizar la transparencia de gestión, la participación social en la evaluación y control de las políticas públicas y la eliminación del clientelismo.
3.- Rechazo a la mercantilización de los servicios y políticas de copago. Privatizaciones cero. Control de las concertaciones. Reversión de servicios privatizados.
4.- Plan interinstitucional de las administraciones públicas vascas para el desarrollo de los servicios públicos elaborado con la participación social y sindical. Marco normativo propio y financiación a través de políticas fiscales equitativas y presupuestos públicos suficientes.
5.- Incremento sustancial de los presupuestos para sanidad, educación y protección social, para mejorar y ampliar los servicios y equipararnos al gasto europeo en relación al PIB.
6.- Reconocimiento efectivo de los derechos de promoción, asistencia y cuidado para que todas las personas puedan desarrollar un proyecto de vida autónomo a través de una red pública de servicios sociales financiada por medio de los presupuestos públicos.
7.- Empleo de calidad. Recuperar el poder adquisitivo de los salarios. Acortar las diferencias salariales. Reducción drástica de la temporalidad y eliminación de los riesgos laborales. Salario mínimo garantizado para todas las personas que trabajen para la administración y defensa de la subrogación y la homologación de las condiciones de trabajo.
8.- Ofertas públicas de empleo trasparentes y en función de las necesidades reales. Garantía para la igualdad de oportunidades y el acceso de personas con discapacidad.
9.- Programa de euskaldunización. Dedicación de recursos necesarios y adopción de plazos concretos para conseguir una administración plenamente euskaldun.
10.- Plan de igualdad y conciliación efectivo. Garantizar la conciliación de la vida laboral y personal. Ninguna discriminación salarial ni laboral. Planes concretos para favorecer la promoción de las mujeres. Protocolo para la prevención y erradicación del lenguaje sexista y el acoso.
Otras experiencias y otras alternativas en Euskal Herria
Afortunadamente en Euskal Herria sí hemos sido capaces de articular experiencias de negociación que sorteando las imposiciones y los impedimentos legales pueden servir para un desarrollo de los servicios públicos, y para un desarrollo de las garantías y los derechos sociales.
En este momento estamos trabajando en el ámbito de las instituciones locales desde la alianza político-institucional/trabajadores para alcanzar un convenio marco que sirva para mejorar las condiciones laborales pero también para desarrollar los servicios públicos.

Los principales contenidos de este convenio marco son:

– Apuesta por el desarrollo y la mejora de los servicios públicos con un incremento de presupuestos
– Apuesta por la mejora de las condiciones laborales de todas y todos los trabajadores de los servicios públicos, esto incluye la homologación de las condiciones laborales de quienes trabajan en servicios actualmente privatizados.
– Calendario y estrategia acordada de recuperación de los servicios privatizados
– Mecanismos para la efectiva participación social y de las y los trabajadores de los servicios en el desarrollo de los servicios.
– Mecanismos por la euskaldunización de los servicios y para el impulso de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
– No más unilateralidad en la adopción de decisiones laborales ni más imposiciones vía decretos de Madrid
Esta es una opción que ha surgido gracias a que en las últimas elecciones locales y forales una fuerza política de carácter y vocación totalmente diferentes a lo existente hasta ahora, es decir totalmente contraria a la alianza con el capital, ha adquirido un apoyo popular que les permite gestionar en la actualidad muchas y muy relevantes administraciones.

En este caso, porque existe una voluntad, porque el contenido de lo acordado se fundamenta en el desarrollo de los servicios públicos y en una democracia participativa de gestión de dichos servicios, y porque los acuerdos se materializan en compromisos y garantías reales a través de los presupuestos públicos, sí optamos por la vía del diálogo y el acuerdo, pero en cualquiera de los casos igualmente tenemos muy claro que tenemos que permanecer muy alerta ante la menor de las desviaciones en el cumplimiento de lo acordado, y que en tal caso es la movilización y la confrontación la única vía para reconducir situaciones que puedan reproducir el modelo de esa otra clase política imperante.

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