Si analizamos la edad y el género de forma conjunta, en todas las franjas de edad son mayoría las mujeres, excepto entre las y los menores de 25 años. La diferencia más grande entre géneros se encuentra en el intervalo de edad de entre 30 y 44 años, ya que en éste el 61,49% de las personas desempleadas es mujer.
En lo que respecta a la calidad del empleo, se imponen la temporalidad y la inestabilidad. Los contratos indefinidos de junio (último mes del que se disponen datos) sólo han supuesto el 4,23% del total. Los de obra o servicio han supuesto el 27,34% y los eventuales por circunstancias de la producción han ascendido al 49,74%. En la CAV, el propio Consejo de Relaciones Laborales alertaba en su último informe de los riesgos de este enquistamiento de la temporalidad, lo que supone además un obstáculo para conseguir un empleo estable y una vida digna por parte de los y las trabajadoras.
Tal y como hemos denunciado más de una vez, el proceso de precarización de las condiciones y de vida y trabajo sigue adelante en Euskal Herria. Los planes de empleo de las instituciones públicas no son capaces de cambiar la situación, más aún, parece que el papel de las instituciones se limita a ofrecer datos estadísticos, como si fueran notarios de la precariedad.
Ante esta situación, es fundamental reforzar la acción sindical. Junto con la activación de conflictos laborales concretos que se están extendiendo a nivel local, LAB propone una respuesta sindical y social general, ya sea para reivindicar otro tipo de políticas de empleo o para pedir la capacidad legislativa necesaria para hacerlas realidad.