Las y los trabajadores de los comedores escolares de la CAV han realizado hoy la primera de las tres jornadas de huelga convocadas, al tiempo que han llevado a cabo movilizaciones en las capitales: sendas concentraciones en Gasteiz y Donostia y una manifestación en Bilbo, a convocatoria de LAB, ELA, CCOO y UGT.
A través de la convocatoria de huelgas, las y los trabajadores de los comedores escolares han remarcado que se ha dado un paso al frente para dejar de ser invisibles: «La movilización acaba teniendo sus resultados. Ha hecho falta un preaviso de huelga para que el Departmento de Educación sepa que nosotras también existimos, que nosotras también tenemos derecho; derecho a ser escuchadas, derecho a nuestra salud, a nuestro empleo y nuestras condiciones laborales. El pasado 15 de septiembre, toda la comunidad educativa salimos a la huelga para comenzar unas conversaciones. Sin embargo, a las trabajadoras de comedores se nos siguió ignorando, porque no eramos trabajadoras propias, porque somos subcontratas, como si la decisión de subcontratar no fuera de ellos».
Desde que comenzó el curso la situación de las y los trabajadores es de inestabilidad y ese desconocimiento les ha llevado a vivir el inicio de curso con ansiedad: «No sabíamos si íbamos a empezar a trabajar, si nos iban a alargar el desempleo, si íbamos a estar con nuestras compañeras o no, con cuantos niños y niñas teníamos que estar, si íbamos a tener grupos burbujas, cuánto tiempo íbamos a tener para la limpieza. Y todo esto tiene un responsable: Gobierno Vasco. En vez de sentarse con nosotras y acordar la vuelta, ha estado mirando para otro lado, imponiendo protocolos que se han elaborado de manera unilateral».
Las convocatorias de huelga han sido necesarias para que el Gobierno Vasco llamará a una reunión, señal de que pelear merece la pena: «Pero no nos equivoquemos. La convocatoria de huelga no tenía como fin último conseguir una reunión. Nos tienen que recibir, sí, pero nos tienen que escuchar. Nuestras necesidades, nuestras reivindicaciones, se tienen que tener en cuenta. Queremos unos servicios seguros y acordados, porque lo hemos dicho y lo vamos a repetir: el mantenimiento del servicio, del empleo y de las condiciones laborales no están reñidas con la seguridad, tan solo depende de voluntad y decisión política. Se ha de poner la salud, el empleo y las necesidades de las personas en el centro, por encima de beneficios o costes presupuestarios. Exigimos el respeto que el colectivo de trabajadoras subcontratadas en los servicios de comedores escolares de los centros públicos, privados y concertados nos merecemos, con unas medidas negociadas, no impuestas».