LAB se ha adherido a la manifestación que tendrá lugar el domingo, 3 de febrero, en Donostia. La marcha partirá del Boulevard a las 12:00, bajo el lema "Inor ez da ilegala. Pertsona guztiontzat eskubide guztiak".
Desde nuestra profesión y como parte de la sociedad activa y solidaria, conocemos de primera mano la sangrante realidad de las personas que, por numerosas circunstancias, han tenido que tomar la decisión de migrar de sus países de origen, abandonar sus raíces. Por eso nos movilizamos la semana pasada en Iruñea y en Irun, y seguiremos organizándonos.
Comprobamos como a las personas que se encuentran en tránsito no se les ofrece ningún tipo de asistencia básica desde las administraciones públicas. Las únicas medidas que se encuentran son impedimentos y restricciones de todo tipo, precisamente de los estados que son los responsables de sus circunstancias por las políticas que aplican a nivel internacional. Son los estados que impiden el libre tránsito de las personas, tal y como denunciamos en agosto del año pasado donde sacamos a luz como el Gobierno Vasco se alió con el Estado francés en sus políticas neofascistas, mientras abren las fronteras a los mercados y empiezan las guerras coloniales.
Pero esta realidad tan cruel también la encontramos con las políticas más locales, que reproducen los mismos esquemas. Comprobamos como las personas que deciden quedarse entre nosotras continúan encontrando más impedimentos.
Las instituciones miran hacia otro lado: El ayuntamiento de Donostia nombró la ciudad “Ciudad de acogida” y ahora no sabe dónde meterse, pues de ninguna forma era su intención crear condiciones necesarias para que personas migrantes pudieran encontrar una vida digna en su ciudad. Desde entorpecer el registro civil de estas personas, hasta limpiarse las manos en cuanto a su responsabilidad bajo la justificación de la existencia de una red ciudadana de apoyo y asistencia urgente, por lo que “ya están cubiertas las necesidades vitales de estas personas”.
Esta posición tiene repercusiones directas en el funcionamiento, condiciones y oferta de los servicios sociales. Carencias en lo más básico, como espacios residenciales, donde puedan descansar y pernoctar, los días que necesiten en su tránsito por nuestra ciudad o si deciden quedarse entre nosotras, el tiempo preciso para normalizar su situación. Carencias para ser asistidos en regularizar su situación administrativa, imposibilitando a veces tramitaciones tan sencillas como el empadronamiento, que abren las puertas para poder tener acceso a los recursos más básicos, como es la cobertura de las necesidades básicas, la libre movilidad, la salud y la educación.
Frente a todas estas carencias institucionales para garantizar una vida digna de todas las personas, que imposibilita a su vez una inmersión completamente necesaria de estos colectivos en nuestro tejido social y cultural, LAB trabaja a favor de un sistema de protección social público, universal y digno. Trabajamos por un sistema sanitario y educativo público, universal y digno, arraigados en nuestra comunidad.
Es a través de la organización e interpelación de la sociedad que se está paliando, en la medida de sus posibilidades, esta realidad. Euskal Herria está respondiendo de la manera que siempre lo ha sabido hacer, desde la solidaridad y la responsabilidad, abriendo nuestras casas abrimos las fronteras. Porque sabemos que nativa o extranjera, sufrimos frente a la misma crisis estructural que nos expropia de nuestros derechos, de nuestras tierras, y de nuestros cuerpos: Euskal Herria, Harrera Herria.
Por eso esta movilización tiene todo el sentido y necesidad, para reclamar a las instituciones su deber, para reclamar a la sociedad apoyo, y para reclamar responsabilidad y respuesta frente a los hechos. Desde el sindicato LAB hacemos un llamamiento a la manifestación del 3 de febrero en Donostia, a favor de garantizar todos los derechos para todas las personas, una vida digna y trabajo digno para todas las personas.