Desde la negociación del anterior convenio (2013-2016) la dirección de la empresa ha acumulado beneficios en detrimento de las condiciones de trabajo de la plantilla.
Por ese motivo, desde LAB, hemos defendido los siguientes contenidos en este convenio, proponiendo una plataforma basada en mejorar la igualdad de oportunidades, en frenar de una manera objetiva la eventualidad y la movilidad a las que se les somete a las personas eventuales, en frenar la flexibilidad laboral otorgada en el anterior convenio, en frenar el abuso de las horas extras y en defender un reparto más justo de la riqueza que hemos generado todas las trabajadoras y trabajadores con nuestro trabajo.
Por esta razón, decimos que este convenio dista mucho de ser un buen acuerdo para los trabajadores y trabajadoras de Tubacex, ya que no soluciona todas estas situaciones que hemos vivido en estos últimos 4 años. A pesar de ello, las Secciones Sindicales de ELA, CCOO e Independientes aseguran que a ellos les va muy bien, cosa que no ponemos en duda.
Cuando una Dirección aplaude este acuerdo porque aseguran que les garantiza paz social y la capacidad para seguir desarrollando su proyecto empresarial, nos están diciendo que algo debemos estar haciendo mal, y no porque no creamos que es mala la noticia de que una empresa diga que está interesada en desarrollar su proyecto, sino porque en el caso de Tubacex, desde hace mas de 10 años, todas las negociaciones de temas importantes se realizan bajo el chantaje de inversiones, todas ellas condionadas a los acuerdos. Este convenio ha sido el último ejemplo de ello.
Los sindicatos firmantes nos dicen que en cuatro años la empresa va a invertir 25 millones y nosotros y nosotras les preguntamos ¿Dónde se van a invertir? ¿Van a mejorar nuestras las condiciones de trabajo? ¿Garantizan el empleo de todas las personas que trabajan en este momento en Tubacex? ¿Es suficiente esta inversión? Lamentablemente, no hay respuesta para estas preguntas.