LAB ha intentado mediante su representación en el Comité de Empresa y participación en las asambleas de fábrica dotar a la plantilla de garantías de empleo, de condiciones laborales y de materialización de las inversiones comprometidas. Son propuestas realizables y que ya existen en empresas de este país con otra representación sindical. La negativa de la empresa ha estado acompañada de la falta de apoyo de estas por parte de la mayoría del Comité de Empresa.
LAB no ve novedad alguna en la propuesta hecha por los posibles nuevos propietarios. La falta de compromisos con el empleo y las condiciones laborales esconden la naturaleza del plan cuya financiación real se basa en la mutilación actual y futura de las condiciones del empleo. Un cheque social en blanco no puede sustituir a una voluntad real de apostar por Vicrila.
El Gobierno Vasco se ha posicionado públicamente a favor de otra oferta de adquisición. La propuesta de Cambium rechazada por el Comité de Empresa se basaba exactamente en los mismo. Quería llegar a un acuerdo sin ofrecer garantías, sin coger compromisos ante incertidumbres y cuyas mayores diferencias eran 90 despidos, mucha menor cuantía en la intención de aportación de capital propio y cheque en blanco social. Así cualquiera gestiona empresas. Las empresas, hoy por hoy, son compradas a crédito cuya garantía de devolución se basa en unos menores costes sociales.
Una vez más el Gobierno Vasco se abstrae de sus responsabilidades ante la ciudadanía. Hoy critica con dureza la gestión hecha en Vicrila en el pasado por los posibles nuevos propietarios. LAB quiere recordar a este Gobierno que Luis Fernandez no estuvo sólo en la gestión de la empresa. El Gobierno Vasco siempre contó con información de primera mano al tener consejeros en el Consejo de Administración. Información que oculto a los y las trabajadoras.