Todo comenzó con la filtración del supuesto «excedente» de 150 personas mientras el comité y la empresa se encontraban reunidos, lo que supone una falta de respeto hacia el comité y la plantilla a la que representa. Tras el anuncio, la empresa puso en marcha una Modificación Sustancial de Condiciones de Trabajo, en la cual no se ha entregado la documentación solicitada por la parte social de cara a justificar el supuesto excedente. A día de hoy, la empresa no ha puesto encima de la mesa ni un solo documento que argumente que sobren 150 personas, más allá de afirmaciones. Ni informes de bajadas de pedidos, cancelaciones, previsiones…. nada. Es más, con los cambios de sistema muchas personas van a pasar a trabajar entre 164 y 237 horas más al año (entre 21 y 30 días) por lo que no cuadra una bajada de producción, si no que se quiere hacer el mismo trabajo con menos personas. Lamentablemente, otros sindicatos, como CCOO y UGT en ningún momento han puesto en duda la cifra.
Es la pescadilla que se muerde la cola: la empresa presenta unos calendarios reducidos, que alguno sindicatos avalan sin dudar, con lo cual acto seguido, sobra gente puesto que con los calendarios acordados hay excedente. Mientras, servimos a Valladolid más que el año pasado. Ahora tocaba hablar de calendario, y respondiendo a los intereses de la multinacional, CCOO y UGT se han ofrecido para avalar esa supuesta necesidad de reducir plantilla. Han corrido demasiado.
Repetimos que esto se debe a una venganza por parte de Michelin para tratar de corregir a la plantilla que se ha organizado en favor a sus derechos laborales. Movilizaciones que pillaron a CCOO y UGT fuera de juego, y que de la mano de la empresa han querido ahora recuperar posiciones y quedar de salvadores. Cómo sino entender que cuando la empresa amenaza con paralizar inversiones y de excedentes de plantilla, estos sindicatos no hayan ningún momento dudado de dichas cifras, y se presten desde el primer momento a «buscar soluciones»? Además, no ofrecen garantía alguna sobre la oleada de despidos disciplinarios que se están dando, y la propuesta de acuerdo recoge que la empresa se pueda desentender del mismo si supone un «claro perjuicio» para ella, sin ningún mecanismo de control. Reiteramos que durante el periodo de consultas no han demostrado tal excedente, y hemos sido los demás los que continuamente hemos exigido que la empresa lo haga. Lógicamente, la empresa no lo ha hecho, porque no lo necesita. Por eso recalcamos que nos encontramos ante una teatralización con guión escrito de antemano, y nos tememos que el acuerdo ya estuviera escrito previamente.
Los sindicatos LAB, ELA y ESK estudiaremos las acciones a tomar, tanto judicial como sindicalmente para paralizar este sinsentido. Reconocer ahora unas causas que ni de lejos han sido justificadas abre la puerta para que a futuro, sobre las mismas causas, la empresa pueda tomar medidas, dejando al comité indefenso. Estamos hablando de destrucción de puestos de trabajo, con todo lo que supone, aunque lo quieran maquillar como quieran, ya sea como salidas no traumáticas, movilidad geográfica. Lo repetiremos cuantas veces haga falta: en Michelin no sobra nadie.