Tras tener conocimiento de la muerte del ex-preso político vasco Asier Aginako, LAB se suma al dolor de sus familiares, entorno y personas con las que compartió militancia en el sindicato.
Asier salió a la calle al de poco tiempo de que le detectaran una enfermedad grave, tal y como corresponde a cualquier persona presa que esté gravemente enferma. Es sabido que las condiciones carcelarias que sufren las y los presos políticos vascos generan daños en la salud de las personas. La política penitenciaria de excepción que aún sigue vigente no es una herramienta para resocializar a las personas, sino para destruirlas. Asier pasó 15 años en la cárcel, a cientos de kilómetros de su pueblo, siempre en primer grado.
Por eso, el sindicato LAB exige a los gobiernos español y francés que abandonen, de forma urgente, toda medida de excepción. Eso es lo que los sindicatos que representamos la inmensa mayoría de trabajadores y trabajadoras de Euskal Herria les pedimos. Y para que así sea, nos ratificamos en el compromiso de continuar movilizándonos.