2024-11-22
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Prioridades para el nuevo tiempo: consecuencias del conflicto, derecho a decidir y soberanía para el cambio social

Aberri Eguna 2017
Declaración del sindicato LAB

Con motivo del Aberri Eguna, el sindicato LAB ha hecho análisis del nuevo tiempo político que se abre en Euskal Herria. LAB considera que es hora de enlazar las reivindicaciones con compromisos y pasos apreciables, partiendo de tres prioridades: en primer lugar, abordar las consecuencias del conflicto en el nuevo tiempo iniciado tras el desarme de ETA, poniendo la problemática de los presos en el centro de la agenda política; en segundo lugar, materializar el derecho a decidir que subyace en el origen del conflicto político; y en tercer lugar, poner en marcha el proceso soberanista que conduzca al cambio social.

DESARME, CONSECUENCIAS DEL CONFLICTO, NUEVO TIEMPO POLÍTICO
El Aberri Eguna llega en un contexto histórico y político de gran calado. ETA ha llevado a cabo el proceso de desarme, cinco años después de anunciar el cese definitivo de su actividad armada. Se trata de una aportación incuestionable, un paso imprescindible para caminar hacia la resolución del conflicto y abrir una nueva fase. El protagonismo del pueblo ha resultado clave para abrir las puertas a un nuevo tiempo en Euskal Herria. Es de alabar la madurez y el compromiso demostrado por la sociedad civil en aras de solucionar el conflicto. Existe una mayoría social para iniciar un proceso como pueblo, tomando como base la resolución del conflicto; a día de hoy, llegado el momento de hablar de las consecuencias del conflicto, esa mayoría social tiene la llave para abrir la puerta a un nuevo tiempo en el que se resuelva el conflicto, se pueda materializar el derecho a decidir y se de inicio al proceso independentista.

Y es que el conflicto no termina con el desarme. Ahora es el momento de traer a casa a los presos políticos y exiliados; es el momento de hacer camino en el proceso de paz y convivencia; es el momento de que sean los estados quienes se desarmen en Euskal Herria. Es el momento de abordar las consecuencias del conflicto político.

TIEMPO PARA EL DERECHO A DECIDIR
En Euskal Herria, se ha producido un proceso de precarización y empobrecimiento absoluto en los últimos años. Las relaciones laborales se han visto agredidas por medio de reformas y recortes; se han impuesto salarios cada vez más escasos; sigue sin reconocerse la labor de cuidado de las mujeres y estamos obligadas a realizar trabajos de segunda en el ámbito laboral. Se ha debilitado el sector público y nos han despojado de derechos sociales, al tiempo que peligran las pensiones y se ha vulnerado continuamente el derecho a tener una vida digna. La opresión es triple: patriarcal, social y nacional. Nos han robado la palabra y la decisión a las y los trabajadores con el fin de anteponer los intereses del capital a los del pueblo.

Nos debilita como pueblo el hecho de que no se tomen decisiones políticas, económicas y sociales en función de las necesidades y los intereses de la mayoría social. Los estados español y francés no reconocen a Euskal Herria como nación, se mantienen en el bloqueo para impedir la construcción de una alternativa social, económica y política.

Reivindicamos el derecho a decidir para cambiar la situación laboral y social y para construir alternativas haciendo frente a todas las reformas y recortes: decidir para que Euskal Herria camine hacia un proceso constituyente y transformador.

Derecho a decidir para construir la democracia vasca e impulsar nuevos modelos de sociedad, producción y consumo, cambiando de raíz el actual sistema neoliberal; y para garantizar un pueblo plural en base a nuestra historia, cultura y lengua, amparado en el reconocimiento como nación. Derecho a decidir para que las y los trabajadores sean protagonistas en la toma de decisiones: en favor del Marco Vasco de Relaciones Laborales y Protección Social, y para cambiar la situación laboral; en favor de nuestros convenios; para aplicar la jornada semanal de 35 horas y un salario mínimo de 1.200 euros; en favor de un marco propio de negociación colectiva en aras de construir un ámbito socioeconómico propio; para garantizar una política fiscal alternativa, justa y solidaria que corrija las desigualdades que genera el sistema económico tanto en términos de riqueza como de bienestar social; en favor de un sector público fuerte, en favor de un modelo educativo propio; en defensa de una política industrial real. Derecho a decidir, para todo esto.

Decidamos nuestro futuro, construyamos un pueblo soberano, libre y justo.

TIEMPO PARA LA SOBERANÍA Y EL CAMBIO SOCIAL
Reivindicamos la soberanía en todos los ámbitos. Un proceso soberanista que nos conduzca a un estado propio que colisione frontalmente con el proceso refundacional del Capitalismo.

La crisis estructural de este país sólo se puede hacer frente a través de un proceso soberanista. En los últimos años, el proceso de construcción se ha visto reemplazado por un proceso de descomposición. El Capitalismo nos lleva al no-país. Los diferentes Gobiernos de Euskal Herria no han tenido voluntad de hacer frente a los estados ni interés de confrontarse con el proyecto económico y social del capital.

Por lo tanto, un proceso soberanista tiene que darnos la oportunidad de caminar hacia un modelo social alternativo al Capitalismo. Desigualdades y pobreza, cambio climático, guerras imperialistas, el drama de las y los refugiados… estamos en un momento crítico y nos toca elegir: socialismo o barbarie. En Euskal Herria tampoco nos libramos de la pobreza y la miseria ni de la esclavitud derivada de la precariedad. Cuando hablamos de soberanía, hablamos de cambio, hablamos de un proceso que ponga la vida en el centro, un proceso diseñado en función de las alternativas recogidas en la Carta de los Derechos Sociales.

Cuando se habla de proceso soberanista, se nos plantea muchas veces la necesidad de elegir entre dos características del propio proceso: dar inicio al proceso como pueblo o poner los intereses de clase en primera línea y priorizar la dinámica de contrapoder. Desde LAB, reivindicamos un proceso constituyente y transformador, un proceso como pueblo que se construya en defensa de los intereses de clase. Un proceso como pueblo dirigido por la mayoría social conformada por las y los trabajadores, aunando ambas características. Es posible y necesario impulsar una agenda de país en la que tengan prioridad las condiciones de vida y de trabajo de la clase trabajadora.

TIEMPO DE DEBATE DE LOS ESTATUS POLÍTICOS
Los Gobiernos español y francés se han puesto a las órdenes de la refundación del Capitalismo, lejos de los espacios de influencia del pueblo, enrocados en su cerrazón. El cambio de modelo no vendrá desde esa dirección. Ha de venir de abajo arriba, de la mano y el protagonismo de la mayoría social trabajadora, del proceso popular en favor de la soberanía.

Reivindicamos nuevos estatus políticos en base al derecho a decidir. Estatus que superen las limitaciones de los marcos jurídico-políticos vigentes en lo tres territorios administrativos, tanto en la Comunidad Autónoma Vasca, en Navarra como en Ipar Euskal Herria, estatus que posibiliten el reconocimiento nacional y el derecho a decidir en temas políticos, económicos, sociales y laborales.

Para LAB, el Socialismo Vasco es la alternativa plena al actual modelo neoliberal y el Estado Vasco ha de ser la herramienta para que Euskal Herria se constituya políticamente y se cohesione socialmente. Por lo tanto, el proceso de Estado debe ser un proceso transformador, un proceso que haga posible un cambio total en las condiciones de trabajo y de vida. En consecuencia, desde un punto de vista de clase, tiene que ser una apuesta deseada por todas y por todos, más allá del ámbito abertzale. También hacemos nuestra, al igual que en otros países del mundo, la lucha por ganar la batalla capital-vida y por librarnos de las garras de las transnacionales y del Imperialismo.

Necesitamos un proceso de Estado que se desarrolle a la medida del cambio social, partiendo de las tres realidades institucionales actuales.

TIEMPO PARA DECIR SÍ AL ESTADO VASCO Y NO A LA REFORMA NEOESTATUTARIA
Hay posibilidad de hacer más de lo que se hace en el actual marco competencial, siempre que hubiese voluntad política: impulsar políticas públicas en favor de la mayoría, establecer un sistema adecuado en protección social, no realizar recortes en los servicios básicos, desarrollar una política fiscal justa, progresista y redistributiva, promover acuerdos en contra del proceso de precarización… De todos modos, aunque exista esa posibilidad, no tenemos suficiente nivel de soberanía para lograr el cambio social. Es evidente que el actual marco jurídico-político está agotado.

Somos una nación y tenemos derecho a decidir. Unas cuantas competencias no son suficientes. El nuevo mapa institucional puede abrir las puertas al nuevo tiempo: tenemos una nueva realidad institucional en el Gobierno de Nafarroa; existe una mayoría a favor del derecho a decidir en el Parlamento Vasco, al tiempo que en Ipar Euskal Herria, por primera vez, se ha constituido una entidad propia: Herri Elkargoa. Se trata de tres realidades institucionales, cada una con sus limitaciones, cada una con sus oportunidades. Existen posibilidades para que nuestro pueblo camine hacia el cambio, pero, para ello, se necesitan dar pasos reales. En la Comunidad Autónoma Vasca se ha puesto en marcha la Ponencia de Autogobierno, por lo que Nafarroa también tiene que acelerar su propio proceso; se trata de acelerar los pasos hacia el cambio político y forzar, de esa manera, decisiones en favor del cambio social.

Las oportunidades son evidentes, pero también existen riesgos. El fraude del 78 está muy presente, puesto que podría reeditarse en caso de que, a través de pactos estatutarios, se siga profundizando en el proceso de centralización y en el blindaje del sistema del Estado español. El tripartito PNV-PSE-PP puede convertirse en protagonista de una reforma neoestatutaria con un nuevo pacto con Madrid, lo que cerraría un nuevo ciclo político y económico que dejaría otra vez a un lado los intereses de la clase trabajadora.

En el debate sobre nuevos estatus, el mejor antídoto no es otro que movilizar y activar a la mayoría de las y los trabajadores en favor de la soberanía. El proceso soberanista ha de estar en el centro de la agenda política y social, la lucha pasa por ahí, pero ese debate no se puede limitar a las instituciones, aunque éstas sean decisivas, ya que no estamos ante un proceso institucional. El pueblo es el que debe decidir. Los partidos han de acordar cómo dar la palabra al pueblo.

TIEMPO PARA CONVERTIR EL CONTRAPODER EN ALTERNATIVA
El sindicalismo vasco tiene mucho que decir en el debate sobre los estatus políticos. El sindicalismo abertzale tiene la labor de recoger los contenidos básicos que respondan a un punto de vista de clase y garantizar que se cumplan. En esta línea situamos la reivindicación de un Marco Vasco de Relaciones Laborales y Protección Social, así como el debate sobre el espacio socioeconómico propio. El objetivo de LAB se centra en la lucha por abrir camino hacia el Estado Vasco.

El debate sobre los estatus políticos nos debe servir para poner en marcha el proceso soberanista. La soberanía debe ser la apuesta de los sectores populares en aras de materializar los cambios políticos y sociales; la soberanía debe ser la apuesta de las y los trabajadores para cambiar la situación socioeconómica. Por lo tanto, como pueblo y como clase, la puesta en marcha del proceso soberanista es una prioridad.

Reivindicamos el contrapoder para impulsar el cambio económico y social. No hay posibilidad de mejorar las condiciones laborales en el marco de la reforma laboral. Continúan estatalizando la negociación colectiva, minimizando el sistema de protección y privatizando. No hay resquicio para hacer presupuestos que nos traigan el cambio social mientras Europa establezca la política presupuestaria, Madril la imponga y el Gobierno de Gasteiz la acepte. Tenemos alternativas, de la mano de la Carta Social. Sin embargo, necesitamos capacidad política, social e institucional. Es decir, necesitamos poner a las instituciones al servicio del cambio y del proceso soberanista.

Es necesaria la confrontación para poner en marcha ese proceso, tanto con los Estados como con el capital y con aquellos que defienden su proyecto económico y social. Eso requiere enfrentarse al proceso que precariza nuestras vidas; dar pasos en pos del cambio político y social; desarrollar una dialéctica adecuada entre el ámbito político y el sociosindical. Necesitamos un movimiento sociosindical fuerte basado en la movilización, autónomo, con capacidad para llegar a acuerdos y plantear alternativas. Ha llegado la hora de acabar con la simbiosis patronal-instituciones. Las instituciones han de estar al servicio de la mayoría social, al servicio de las y los trabajadores.

COMPROMISOS DE LAB PARA EL NUEVO TIEMPO
En los últimos años, LAB ha tenido como objetivo impulsar desde el ámbito sindical el cambio social y el proceso soberanista, ambos de forma entrelazada. Hemos abierto un nuevo tiempo de confrontación. Nos hemos plantado ante este sistema que condena a las y los trabajadores a la precariedad y a la pobreza, y hemos rechazado la reforma neoestatutaria que amenaza con atar de pies y manos a nuestro pueblo en las próximas décadas a cambio de unas cuantas competencias. El Estatuto está agotado, y no hay término medio. No se puede reivindicar la soberanía mientras se defienden políticas neoliberales; no hay forma de construir un camino propio en favor de la mayoría social mientras se juega a cambiar cromos presupuestarios o se da luz verde a reformas, recortes y acuerdos antidemocráticos en contra de los sindicatos vascos.

Ratificamos nuestra apuesta por construir un movimiento nuevo y renovado. El proceso soberanista necesita alianzas. Hablamos de alianzas que tengan coherencia con un proceso liderado por la mayoría social conformada por la clase trabajadora. Consideramos necesaria la consecución de una alianza estratégica en el seno de la izquierda soberanista, un liderazgo construido desde la izquierda. En Euskal Herria se están dando las condiciones para poner en marcha el proceso soberanista en los próximos dos o tres años. LAB se compromete plenamente a impulsar y apoyar dicho proceso.

La puesta en marcha del proceso soberanista ha de traer la democracia a Euskal Herria, posibilitando así un modelo de sociedad libre, justo y solidario y reforzando las prácticas socialistas entre las y los trabajadores. Nuestra aportación vendrá desde el contrapoder sindical, reforzando la movilización social en la lucha contra el capital. Nuestras colaboraciones y alianzas políticas también las desarrollaremos en esa dirección, siempre con el objetivo de caminar hacia la soberanía. El trabajo en común entre la mayoría sindical es imprescindible para cambiar la dirección de las actuales políticas públicas.

 

 

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