En Hego Euskal Herria hay 2.085 personas desempleadas más que el mes pasado, lo que supone un incremento del 1,46%. El 41,6% de la población en paro son hombres y el 58,4% mujeres, la misma proporción que el mes anterior.
Por territorios, Bizkaia es donde más ha aumentado el número de personas desem- pleadas, 1.225 personas más que en julio. Le siguen Gipuzkoa, con 763 paradas más que el mes anterior y Araba, con 576 personas más en situación de desempleo. En Nafarroa, en cambio, el paro bajó en 479 personas. En este caso, debemos recordar que la afiliación a la Seguridad Social ha descendido un 0,3% respecto al mes anterior, lo cual indica que ha habido pérdida de empleo.
En cuanto a los contratos laborales firmados en agosto, los indefinidos han sido el 23,3%, mientras que los temporales han sido el 76,7%. Por tanto, se rompe la tendencia hasta ahora y aumenta la contratación temporal.
También ha aumentado el paro entre las y los jóvenes. En este caso, destaca el aumento del paro entre las mujeres menores de 25 años, un aumento del 4,3%, frente al 1,5% de los hombres de la misma franja de edad.
El mayor aumento del paro con respecto al mes anterior corresponde a los sectores de industria y servicios, con un incremento del 3,2% en la industria y del 2,5% en el sector servicios. El modelo que empobrece a la clase trabajadora es estructural y estos datos lo corroboran. Por un lado, como es habitual en verano, el empleo vinculado tanto a la hostelería como al turismo aumenta y desciende al finalizar el periodo. Empleo precario e inestable, en el que se contrata especialmente a jóvenes, ofreciendo un proyecto de vida precario e inestable. Por otro lado, la caída de la industria nos indica que este sector sigue perdiendo peso en nuestro país.
Podríamos decir que ya está pasando lo que vinimos advirtiendo en meses anteriores. Cuando el paro descendió dijimos que teníamos que centrarnos en la calidad del empleo, que el aumento de los contratos indefinidos no tenía por qué ser un indicador de estabilidad, que podía ser una vía para cubrir la inestabilidad. Que nos preocupaba el descenso del paro juvenil, que podía ser reflejo de la precariedad del empleo emergente. Los datos de hoy confirman nuestras sospechas.
La realidad actual cuenta con una gran inestabilidad en el empleo y en las condiciones de trabajo. En la actualidad hay 2.085 trabajadores y trabajadoras más en paro que el mes pasado, percibiendo ingresos inferiores o sin ningún tipo de prestación en una época en la que el encarecimiento de la vida está siendo espectacular (hay que recordar que 2/3 de las personas en paro no perciben prestación alguna).
Mientras tanto, la patronal tiene puesta en marcha una estrategia para mantener o incrementar sus beneficios, con la comprensión y el apoyo de los representantes insti- tucionales. Han manifestado su intención de que seamos los y las trabajadoras quienes volvamos a asumir las consecuencias del escenario que no hemos creado, de seguir acumulando riqueza en pocas manos en vez de repartirla. Sólo así se puede entender el empeño de la patronal de no subir los salarios en función del IPC, así como el revuelo y el contraataque que ha provocado el impuesto sobre las eléctricas.
Si queremos políticas de empleo eficaces será imprescindible establecer mecanismos de reparto del empleo y garantizar la calidad del empleo que se crea, lo que necesariamente debe suponer abordar el debate del reparto de la riqueza.