JOXEAN URKIOLA y CARLOS RUIZ
Área de Pensionistas de LAB
Las personas pensionistas son ya alrededor del 25% de la población. Al parecer, poco o nada importa eso al PNV, no solo huye de los problemas de los que padecen tantos miles de pensionistas, sino que se opone rotundamente a que sean debatidos en el propio parlamento.
Una vez más, los dirigentes del PNV van a sacar su cara amable en campaña electoral mientras ocultan las intenciones que tienen para una buena parte de la ciudadanía. Esas miles de personas que cobran pensiones de miseria y que tienen que pagar por sus medicinas cuando más las necesitan.
Intentan esconder en campaña que han dicho no a una pensión mínima digna de 1.080 euros. El oponerse a la Iniciativa Legislativa Popular en favor de un Sistema propio de Protección y Seguridad Social y una pensión mínima de 1.080 euros mensuales, pone en evidencia que al PNV no le preocupan los problemas de ese sector de personas mayores y pensionistas.
No quieren que el tema de las pensiones esté en el debate público y se sepa que ellos se oponen a que la mayoría de pensionistas vascos cobren una pensión pública digna. Siguiendo los criterios de la Carta Social Europea una pensión digna supondría en Euskal Herria esos 1.080 euros que los y las pensionistas reivindican. Casi el 50% de las pensionistas cobran menos de 800 euros al mes, entre ellas miles de viudas.
También quieren ocultar que la apuesta del PNV es la privatización de las pensiones, al menos de una buena parte de ellas, y la defensa de los planes de pensiones no públicos, que no alcanzan a la totalidad de los trabajadores y trabajadoras.
Han evitado que pudiera aprobarse en Euskal Herria un Sistema Propio que garantice las pensiones mínimas dignas, diferentes a las del Estado, y se les pueda obligar a cotizar a las arcas públicas a los que más cobran por todo lo que perciben. Ésa es la apuesta de “soberanía compartida” de la que habla Urkullu mientras dice no a la soberanía real y que sea la ciudadanía quien decida.
Las y los trabajadores con nómina pagamos a la Seguridad Social, al Desempleo, a la Formación Profesional. Las empresas pagan Contingencias comunes, Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales, Desempleo, Formación Profesional y Fondo de Garantía Salarial, pero no todos pagan por todo lo que cobran a fin de mes. Existen unos “topes” y quienes cobran por encima de los mismos no cotizan a las arcas públicas por todo lo que cobran. Así, pueden destinar lo que no cotizan a fondos de pensiones privados que les garantizan, solo a ellos, unas buenísimas pensiones para el futuro.
Ejemplos como el del Presidente de Kutxabank, el Sr. Villalabeitia, que cobra unos 800.000 euros brutos anuales, tras una subida del 73% de su retribución, demuestran lo injusto de ese sistema que beneficia a quienes más cobran y a sus empresas. Si pagara sobre lo que realmente percibe, debería pagar 4.233,28 euros por sus conceptos y solo paga 231,26. Kutxabank también debería pagar 20.599,78 euros, pero paga solamente 1.125,37. Con ese dinero que Villalabeitia no ingresa en las arcas públicas puede destinarlo a fondos de pensiones privados. En un año, las arcas públicas dejan de ingresar por ese “trabajador” o “trabajadora” nada menos que 281.717,16 euros.
¿Os imagináis cuánto pueden ingresar las Arcas Públicas si todos los y las trabajadoras y sus empresas cotizaran por lo que realmente cobran, suprimiendo los topes?
El PNV no quiere un debate sobre las pensiones en campaña electoral, tampoco las fuerzas políticas que defienden el marco estatal, PP-PSE-Podemos, dicen que son cuestión de “estado” y no se puede romper la Caja única, olvidándose que los trabajadores y trabajadoras vascas hemos ingresado en dicha caja ingentes cantidades de dinero que no han retornado.
Por eso, hoy más que nunca, hay que levantar la voz y emplazar a pensionistas, trabajadores, trabajadoras, estudiantes y ciudadanía a que nos pronunciemos, si queremos seguir dependiendo de un Estado que nos niega nuestros derechos a vivir dignamente o a poder decidir aquí tener una pensión pública digna que nos permita llegar a fin de mes, tanto ahora como en el futuro.
Las pensiones también deben estar en el debate electoral, en la calle, ya basta que a algunos políticos se les “regalen” unas pensiones vitalicias de escándalo mientras ellos votan que no para que la mayoría de pensionistas puedan cobrar una pensión mínima digna mientras se les obligue a pagar hasta por sus medicinas.
Es hora de decidir aquí un Sistema Propio de Protección y Seguridad Social que nos garantice, para ahora y para el futuro, unas pensiones públicas y una vida digna. El debate es necesario.