Delegadas y delegados de LAB en diferentes sectores y centros de trabajo de Bizkaia nos hemos movilizado hoy, 28 de septiembre, frente a la Diputación Foral de Bizkaia bajo el lema “Prekarietateari STOP! Aldundia eta EAJ errudun”, para denunciar y protestar por el modelo de relaciones laborales que impulsa el PNV y afecta los trabajadores y trabajadoras de Bizkaia.
Estamos ante un modelo de relaciones laborales basado en dos elementos:
En primer lugar, la gustosa aceptación y estricta aplicación de la reforma laboral española por el simple hecho de que beneficia a la patronal, sin tener para nada en cuenta que precariza las condiciones de trabajo y de vida de las y los trabajadores.
La también gustosa aceptación de las políticas de austericidio, y unido a ello, el impulso de una política de privatización, recortes, deterioro y precarización laboral de los servicios públicos.
Nos parece especialmente grave el caso y la actitud de la Diputación Foral de Bizkaia en servicios que son públicos y de su responsabilidad. Servicios como el del Guggenheim o las residencias de personas ancianas que en primer lugar, privatizan y dejan en manos de empresarios que, con dinero público hacen negocio privado. Además, lo hacen precarizando las condiciones laborales y deteriorando el servicio prestado (ej: ratios de atención totalmente insuficientes, …).
En segundo lugar, no sólo se desentiende de los conflictos laborales, como está sucediendo en el Museo Guggenheim, donde frente a los despidos no hace absolutamente nada, sino que en otros conflictos como el de residencias se atreve a sugerir -faltando a la verdad- que la falta de calidad en la atención a las personas residentes se debe a actuaciones negligentes por parte del personal. Cuando en realidad, el problema es la falta de inversión pública en ellos y la sed de beneficio de las empresas adjudicatarias.
Tanto el PNV como la Diputación Foral de Bizkaia, de la mano del Diputado Rementeria, son responsables directos de los servicios públicos. En lugar de precarizar y además insultar a esas personas que todos los días nos afanamos por prestar una atención cultural y asistencial de calidad, con los pocos recursos de los que disponemos, deberían ponerse del lado de las y los trabajadores, y no de la patronal