Denunciarmos de forma firme la decisión del juez de la Audiencia Nacional de encarcelar de forma provisional y sin fianza a Apeztegia y también la propia operación policial que ha supuesto su detención. Queremos hacer llegar un fuerte abrazo a Apeztegia, sus familiares y pesonas allegados y a sus compañeros y compañeras de Etxerat.
De forma sistemática, han aplicado medidas de excepción, siempre extremas a Apeztegia, como la absoluta privación de libertad que conlleva el encarcelamiento provisional. Le han privado de sus derechos civiles y políticos básicos desde el prirmer momento acusándolo de ser miembro de una organización ya desaparecida. Teniendo en cuenta que Apeztegia ha pasado 22 años en la cárcel, la pena añadida es aún mayor.
El afán de venganza para con los presos y presas vascas no ha terminado. Ante quienes nos quieren encadenadas al pasado y dando la espalda al nuevo tiempo que se ha abierto tras el desarme definitivo de ETA, la mejor respuesta que podemos dar es avanzar en el camino de la paz y la democracia de Euskal Herria, situando la cuestión de presos y presas en el centro y multiplicando las movilizaciones.
Es momento de vaciar las cárceles. Queremos recordar lo que hemos declarado esta misma semana junto a varios sindicatos: se debe solucionar el problema de las y los presos vascos para promover la convivencia y la reconciliación. Y hay por dónde empezar: puesta en libertad de las y los presos gravemente enfermos, cambios de grado y acercamiento de todas y todos los presos.
Llamamos a participar en las movilizaciones que se convoquen en contra de esta última operación policial y en favor de la puesta en libertad de Apeztegia. Al mismo tiempo, hacemos un llamamiento, aún con más fuerza todavía, y en favor de una solución definitiva, a participar en la manifestación organizada para el sábado por la dinámica “Orain presoak” en Donostia. Queremos a las y los presos y refugiados vascos en casa. Queremos a las y los presos y refugiados vascos en libertad. Estaremos presentes en la manifestación.