Osakidetza continúa despreciando a los y las profesionales que prestan servicios en el sistema público de salud e insiste en debilitar la sanidad pública por medio de externalizaciones de tareas para cuya realización los y las profesionales de Osakidetza están plenamente capacitadas. Nuestra estrategia contra la privatización ha paralizado de manera definitiva dos externalizaciones del área de informática con un precio de 11 millones y 600.000 euros cada una, y otra de manera cautelar, que comprometía el mantenimiento de electromedicina en Bizkaia con un coste de 120.000.000 de euros.
Sagardui y Urkullu salen un día tras otro repitiendo mil veces que no existe privatización en Osakidetza. Aspiran a que esa repetición permanente sea capaz de alterar la percepción real de la ciudadanía. Sin embargo, los y las trabajadoras de Osakidetza y los y las usuarias tenemos meridianamente claro que esas declaraciones son un ejercicio de burda propaganda al más puro estilo Goebbles.
Sagardui y su equipo de gestión parecen una junta militar a la hora de negociar y unos agentes infiltrados de las empresas privadas a la hora de hacer frente a las necesidades del ente que dirigen.
En esta ocasión, estamos ante tres pliegos de cuantias muy diferentes pero que representan claramente la realidad de la gestión que realiza la dirección politica de Osakidetza.
Por un lado, estamos ante un pliego que compromete los trabajos de mantenimiento de electromedicina en toda Bizkaia. Esta externalización cerraría las puertas a nuestros profesionales a realizar dichas tareas. El gasto que la dirección de Osakidetza está dispuesta a asumir asciende a 100.000.000 de euros (sin IVA). Ese tipo de tareas pueden ser realizadas por nuestras y nuestros profesionales, como sucede en el Hospital de Txagorritxu, pero la dirección de Osakidetza certifica una vez más sus intenciones despreciando a la plantilla y abriendo las puertas a intereses privados. ¿Qué tiene que decir la dirección a las personas que se presentan a las OPE de Técnico o técnica de electromedicina?
La dirección, tras la impugnación y paralización lograda por LAB, ha retirado el pliego. Dicho desistimiento lo justifica mencionando errores en el mismo. De ser cierto, ello únicamente demostraría, además de su voluntad de privatizar dichos servicios, la falta de diligencia a la hora de gestionar el dinero público. Sabemos que la dirección de Osakidetza intentará volver a licitar estos trabajos y esquivar la acción sindical de LAB. Seguiremos vigilantes ante esas intenciones. Sabemos que los gestores políticos de Osakidetza no descansan cuando se trata de alimentar a empresas parásitas de lo público; sin embargo, para los demás procesos como las OPEs, las listas de contratación, los traslados… pueden pasar años y años. En esa rapidez para la externalización y la dejadez para el correcto funcionamiento del ente es donde se esconde la raíz de la política de desmantelamiento.
Por otro lado, hemos paralizado de manera definitiva dos nuevos intentos de privatizar áreas de trabajo del servicio de informática. La dirección de Osakidetza pretendía gastar más de 11 millones de euros en la subcontratación de una oficina TIC y otros 600.000 euros para realizar una aplicación informática encargada de gestionar el nuevo modelo de carrera profesional. Osakidetza cuenta con profesionales cualificados para realizar dichos trabajos por lo que es inaceptable la actitud de la dirección y su desprecio a nuestros y nuestras compañeras.
Estamos ante un colapso programado y la agenda de desmantelamiento de Osakidetza tiene como prioridad la desaparición de ciertas categorías en Osakidetza y el fortalecimiento paralelo de empresas privadas. Operarios y operarias de servicio, servicios de mantenimiento, electromedicina, servicios de informática… están sufriendo un ataque continuado desde hace años, pero el ataque es global, y como estamos viendo, la atención primaria es víctima también de esa agenda.
Esta situación de acoso está siendo objetivo de nuestra acción sindical y hemos conseguido la anulación de numerosos pliegos en el último año porque no cumplen la ley de contratación pública. Pero dicha agenda no se parará únicamente con acciones legales. La movilización popular y de la clase trabajadora de la sanidad es fundamental.
La sanidad pública, incluyendo a su plantilla, es el objetivo de dicha agenda de desmantelamiento. La connivencia de las diferentes direcciones con empresas privadas, la redacción de pliegos que no se ajustan a la ley, el incumplimiento de los mismos, la fragmentación de contratos… es cada vez más habitual y será objeto de nuevas denuncias por parte de este sindicato.
El servicio de informática se ha visto obligado a ser reforzado con nuevas contrataciones a consecuencia de las diferentes anulaciones de expedientes de externalización, paralizados por LAB en el último año.
El objetivo del PNV como ariete del capital es la privatización de los servicios públicos, cuestión que debemos parar y que contará con la oposición frontal del sindicato LAB.