La Dirección de Osakidetza implanta de manera silenciosa y progresiva un sistema de gestión mercantil bajo el nombre de Unidades de Gestión Clinica.
Los argumentos que emplean para implantar estas Unidades de Gestión Cínica (UGC) son que los sistemas de salud deben enfrentarse al incremento de la demanda de servicios por el envejecimiento de la población, a los cambios tecnológicos y a las mayores expectativas de la población. Señalan que “el abuso de los pacientes y el impacto de la crisis económica hacen insostenible el sistema sanitario” y que es necesario introducir reformas importantes.
El Consejo de Administración de Osakidetza aprobó en Mayo del 2012 la creación de las UGC, que poco a poco está extendiéndose a toda la red sanitaria pública. La Gestión Clínica se vende como una forma de gestionar de manera descentralizada y autónoma los diferentes servicios y plantas hospitalarias, así como la atención primaria, salud mental, laboratorios,…..
Lo que las UGC hacen es transferir el poder y la responsabilidad a los profesionales facultativos y de enfermería sobre la utilización y consumo de recursos materiales y de personal en las respectivas unidades. En realidad, el modelo se basa en un reparto de “incentivos económicos” y en el cumplimiento de unos objetivos que los profesionales deben realizar para recibirlos. Se primará gastar poco, derivar poco a la especializada, mantener poco tiempo a los pacientes ingresados, ahorrar en farmacia, en prescripción de aparatos,….
Se podrá elegir un perfil concreto de profesional en función de los objetivos que quieran alcanzarse. Si el profesional los cumple se le retribuirá convenientemente. En Osakidetza de hecho ya está introducido el concepto de “Desarrollo o Carrera Profesional” que no es otra cosa que remunerar en 4 niveles a los profesionales valorando la experiencia profesional, la formación y la implicación que tiene el profesional para con el sistema. LAB ha denunciado reiteradamente este modelo de Desarrollo profesional por estar basado exclusivamente en un reconocimiento económico y que evalúa entre otros el criterio subjetivo de los mandos intermedios, favoreciéndose así el amiguismo y peloteo hacia las jefaturas, así como un reconocimiento formativo que Osakidetza deja casi en su totalidad en manos de algunos sindicatos y empresas privadas.
las UGC alardean de que entre sus beneficios está la disminución de costes, al ser gestionados los presupuestos por los propios profesionales en base a disminuir las plantillas, penalizar el absentismo y las incapacidades temporales y no sustituir al personal en licencias, vacaciones, etc. Así mismo los profesionales podrán decidir sobre el consumo de material sanitario y fármacos y podrán decidir solicitar o no pruebas diagnóstica e interconsultas.
Se va a convertir al Director de la UGC en un Gerente de empresa que mira sólo por el dinero.
A LAB le parece grave que se introduzcan estos criterios en la atención sanitaria pública. Preocupante es también que se presten a colaborar los sindicatos médicos, de enfermería y las sociedades científicas, que firmando el “Pacto por la sostenibilidad y la calidad del sistema nacional de salud” están haciendo posible este ataque brutal a la sanidad pública.
Experiencias de otras comunidades y a nivel europeo nos hacen estar alertas. Osakidetza está introduciendo ya las UGC en los centros de la red pública sin la consulta y aprobación de los sindicatos de la Mesa Sectorial ni de ningún otro sector de la sociedad. Por esta razón, continuaremos nuestra labor de denuncia y sensibilización de un tema tan grave como son las UGC, que deteriora de manera progresiva y meditada la sanidad pública de nuestro pueblo.