En la Mesa Sectorial de Osakidetza, ha vestido de problemas burocráticos y culpabilizado a terceros su falta de diligencia y respeto a la plantilla. Además, no da certezas del cobro de la carrera profesional tras sentencias judiciales y el acuerdo firmado con LAB para la convocatoria extraordinaria, cuyo plazo de solicitudes debería haber comenzado el 31 de diciembre.
Que Osakidetza maltrata a sus trabajadores y trabajadoras es una realidad cada vez mas difícil ocultar. Desde LAB nos parecen inauditos los niveles de desidia, falta de respeto y desprecio hacia la plantilla por parte del ente público. Llaman preacuerdo al acuerdo firmado en julio de 2021 y descargan la responsabilidad en terceros.
Asimismo, hoy Osakidetza continúa su apuesta por la atomización de la sanidad pública en Unidades de Gestión Clínica (UGC) cuya configuración otorga a las jefaturas de las mismas poderes absolutos en cuestiones fundamentales para los y las trabajadoras. Las UGC se sustentan en una normativa que otorga a las mismas la posibilidad de gestionar la contratación al margen de la institución y gestión económica que, incluso, podría conllevar incentivos económicos. Esta concepción de sanidad pública fragmentada y con modos de funcionar poco transparentes solo puede venir de un modelo que persiga desintegrar la misma y mantener el control de las diferentes UGC mediante contrapartidas inaceptables. Si en el pasado (y quizás en el presente) se allanaba la gobernanza de muchos servicios otorgando a los jefes de servicio la libre configuración de sus equipos mediante la filtración de exámenes, las UGC vienen a ofrecer las mismas contrapartidas en pro de conseguir la docilidad de una plantilla sometida a jefaturas con poderes absolutos.
En cuanto al tercer plan de Euskera, se queda demostrada la falta de ambicion, formalización, plazos y medidas de calado para garantizar un espacio de trabajo euskaldun y una atención sanitaria respetuosa con los derechos lingüísticos de la ciudadanía.
En resumen, Osakidetza esta maltratándonos, esta arrebatándonos derechos, lo sabe y por ello implementa medidas que puedan asegurar la gobernanza en el ente a pesar de su desidia, falta de credibilidad y despotismo, pero además de maltratar a la plantilla, la desprecia e infravalora, por lo que tenemos una oportunidad de oro este domingo para gritar alto y claro que no vamos a seguir permitiendo que maltraten a la sanidad pública, a sus trabajadores y trabajadoras y a nuestros pacientes.