Mikel Alvarez, Erika Bilbao, Dabid Lizarralde, Agustin Figal, Josune Eroa, Garazi Biteri, Kris Alvarez y Ion Basurko, todas y todos ellos miembros de LAB, han escrito sobre las razones para ir a la Huelga General el jueves, citando la realidad de Bizkaia.
El día 30 de enero tenemos una cita ineludible para volver a llenar las calles de Bilbo, no solo por que debamos concretar la confluencia de reivindicaciones del movimiento de pensionista y demás agentes sociales con las sindicales, sino por que es el momento de demostrar que en este pueblo existe una mayoría social que apuesta por el cambio.
Una mayoría social, una clase trabajadora, que apuesta por generar una alternativa social integral al modelo que se nos impone desde el capital y que tiene su punta de lanza en el modelo de gestión instalado por el PNV y el PSE. Una mayoría social que no asume el discurso tecnócrata y postpolítico con el cual quieren disfrazar una apuesta decidida por utilizar los recursos públicos al servicio de unos pocos.
Tratan de hacernos creer que es lo que hay, que esta es la vía y que el futuro económico de este país pasa por ahondar en la subcontratación en lo publico, en la insostenibilidad de los trabajos de cuidado y reproductivos, en la terciarización e internacionalización del modelo productivo con la atracción de inversores extranjeros a costa del abaratamiento de “costes laborales”… y es precisamente Bizkaia el exponente mas claro de este paradigma.
Se nos presenta como un modelo de éxito, pero no es así; es un gigante con pies de barro, un modelo que genera cada vez mas personas abocadas a un escenario de precariedad, de pobreza y de exclusión social, ante lo cual solo ofrece mas recortes del dinero público destinado a la protección social, como estamos viendo en el debate parlamentario sobre la RGI. No podemos olvidar que en el Gran Bilbao están las tasas de pobreza y de precariedad mas altas de todo Euskal Herria, ante lo que las instituciones miran para otro lado.
Es por eso que el día 30 de enero tenemos una oportunidad, al menos durante un día, de quitar el monopolio del poder a las instituciones y dárselo a la calle, a la sociedad organizada, a los movimientos sociales. Debemos lograr revertir el poder de las instituciones y devolvérselo a la gente para crear un nuevo horizonte. Tenemos que ampliar la noción de lo político y situarlo mas allá del la acción de las élites, dimensionando el sentido de la democracia, la soberanía, la justicia social y el derecho a decidir a todos los ámbitos, político, social, económico, que afectan a nuestra vida. Y en sentido, es determinante entender la ciudad y el espacio urbano como territorio de disputa, desde donde se marcan las tendencias políticas y sociales que impregnan todo el país. Esta Huelga General no se entiende sin entender todo lo que ha pasado en las calles de Bilbo en los últimos dos años.
Hay mimbres para ello, y lo decimos por que somos conscientes del aumento de la movilización social y sindical que hemos vivido en nuestro territorio; las movilizaciones del movimiento feminista de Bilbo son referente mas allá de nuestras fronteras y ha logrado cambiar la manera de entender el movimiento social y de visualizar las luchas. La conflictividad sindical también va en aumento, el conflicto del metal nos ha demostrado que mediante la lucha es posible ganar el modelo CONFEBASK – PNV, pero no podemos olvidar que cada vez son mas los sectores que se están activando en defensa de sus derechos e incorporando a sus reivindicaciones en la negociación colectiva cuestiones que hasta ahora se escapaban de la acción sindical clásica, como son las medidas para frenar la subcontratación, las medidas para la conciliación real, contra la discriminación en la contratación… Como decimos, son nuevos sectores de trabajadoras hasta ahora invisibilizadas las que están articulando luchas concretas por sus derechos, trabajadoras de ayuda domiciliaria, de la educación concertada, de locales y campos deportivos o de oficinas y despachos.
El capital construye el espacio urbano al servicio de la maximización de beneficios y eso se corresponde con los nuevos modelos de empleo y relaciones laborales que se están implementando, como puede ser el caso de la uberización. Esta Huelga General también ataca a ese último eslabón, recogiendo la lógica de integrar a los sectores mas precarizados de la clase trabajadora en la rearticulación de un nuevo sujeto transformador. Ejemplo de ello son los mensajes de apoyo a la huelga lanzados desde la plataforma “Riders x Derechos”.
Pero es la generación de toda la vida la que de nuevo nos da una lección de dignidad, la generación que gano aquellos derechos que hoy luchamos por no perder tras la muerte de Franco, la que lucho contra la des-industrialización, en Euskalduna, en Altos hornos, contra las reformas laborales felipistas… y es que el movimiento de pensionistas de Bizkaia es la punta de lanza de Euskal Herria y de todo el estado. Ha logrado que de una reivindicación concreta, la protesta ante una ridícula subida en las pensiones, poner el foco no ya solo en la necesidad de defender el modelo de pensiones publicas, sino de todo el modelo productivo, de relaciones laborales y de protección social que nos garantice una vida digna.
Mucha gente puede pensar que estamos mejor que en el resto del estado y que además, con el gobierno de “progreso”, se abren nuevas oportunidades y por lo tanto la huelga no tiene sentido, que va en contra de un gobierno que no ha echado a andar. La huelga del día 30 de enero se dirige a mejorar la vida de clase trabajadora. La Huelga General, como bien explica su lema, reivindica nuestro derecho a una vida digna. En este sentido el movimiento de pensionistas nos ha enseñado una cosa: siempre hay que jugar a la ofensiva y en clave propositiva. No hay que esperar a los recortes o a la regresión de derechos para salir a la calle y pelear. Precisamente, estamos en este escenario de supuesto “progreso” porque ha habido miles y miles de personas que han salido a la calle. No hay que perder ese capital político, sino que hay reforzarlo y traerlo a nuestra propia escala; esa disputa de modelos se ha de pelear en todos los ámbitos y en Bizkaia tenemos nuestro propio reto, seguramente el que determinará el devenir de la clase trabajadora vasca.