Gotzone Amuriza, José Bragado y Jesús Oñate son delegadas y delegados de LAB en Osakidetza. En este artículo de opinión, que podéis leer a continuación, alertan sobre la situación existente en la OSI Emergentziak.
La situación en Emergentziak, el servicio que coordina las emergencias y gestiona las UVIs móviles de Osakidetza, solo se puede describir como desastrosa. Los y las gestoras han llevado a esta situación a un servicio crítico para la protección de la salud de la población.
Los vacíos que se están produciendo en la atención son puntos negros de riesgo que cada vez son más habituales y no tienen frente a si ningún plan que busque revertir la situación. Sabemos que suena a afirmación gruesa, que pareciera que queremos dibujar una situación dramatizada, pero quienes escribimos estas líneas consideramos que edulcorar la situación es ser complaciente con unos acontecimientos que nos parecen sumamente graves.
Cuando decimos que no hay plan frente a esos vacíos en la asistencia sanitaria que presta Emergentziak, lo decimos porque la falta de medidas es tan evidente que la gerencia y la dirección de recursos humanos llevan coqueteando con el quebranto de la ley de compatibilidades demasiado tiempo. Ante la falta de profesionales y la falta de medidas, Osakidetza está recurriendo por dos vías, una de ellas legal y avalada por el sindicalismo corporativo y otra ilegal, que es un hecho gravísimo, porque es de sobra conocida por la gerencia y continúa optando por ese camino.
La vía legal, recorrida con el sindicalismo corporativo, SATSE en la última ocasión y SME en otras, es nada más y nada menos que la vía de las horas extras, que, como buena institución mentirosa, en Osakidetza se definen con otro termino, el de auto concertación. Esa vía mediante instrucciones legitimadas con el apoyo de sindicatos que únicamente representan los intereses de 2, 3 o 4 categorías entre todos de las más de 70 categorías profesionales que prestamos servicios en Osakidetza, están perpetuando el problema esencial porque desde que se empezaron a aceptar hace 30 años hasta ahora, ha servido para ocultar la falta de estructura y no adoptar las medidas oportunas. Por eso, tras 30 años, tenemos un sistema que, o se apoya en las horas extras, o no funciona. Eso es lo que sucede en Emergentziak.
En la otra vía, la que colisiona con la ley, Osakidetza, por medio de su dirección gerencia de Emergentziak y dirección de recursos humanos, está contratando a gente que la ley de compatibilidades impide, y lo está haciendo sin poner los mecanismos de control suficientes para evitarlo, aún sabiendo que eso se está produciendo desde hace años. Osakidetza está obviando las advertencias que desde LAB llevamos tiempo haciéndoles llegar. Se escudan en que somos nosotros y nosotras quienes debemos identificar a los y las compañeras que están incurriendo en incompatibilidades. Emergentziak vive en una excepcionalidad kafkiana, donde la administración se despreocupa del cumplimiento de la legalidad y descarga la adopción de medidas de control, en este caso, en el sindicato LAB.
Lo que hasta ahora tapaban estas dos prácticas ya no alcanza, y la población está siendo sometida a un riesgo que no hemos conocido en las últimas décadas, los servicios como emergencias que atienden situaciones críticas de salud están diezmados y cada día es una ruleta rusa donde puede producirse la tragedia. Es urgente, vital, la adopción de medidas que supongan un giro en la gestión y se encaminen a reforzar el servicio. Quienes están siendo tan valientes para quebrar la ley de incompatibilidades no tienen valor ni siquiera para iniciar un proceso de publificación de todas las ambulancias de emergencias. Eso nos da una idea de quién está al timón.
Los y las compañeras que están compaginando ambas actividades incompatibles están realizando en ocasiones jornadas extenuantes de más de 24 horas, superando todos los límites establecidos para el ejercicio de cualquier profesión.
Desde LAB queremos, ante todo, advertir a la población de que la situación es crítica, y que la excepcionalidad a la que están sometiendo a la plantilla de Osakidetza y a la población no es la que se necesita, si hay que adoptar medidas excepcionales tienen que ser asumiendo que estamos ante un recorte de servicios sanitarios consumados, con centros de salud con reducción de horarios, PACs sin equipos completos o directamente cerrados, con las urgencias en lucha por la falta de personal como en Gasteiz, y con Emergencias con serios problemas, la situación es excepcional y necesita medidas excepcionales, pero en dirección contraria.