Imanol González, Uxue Bejarano e Iñigo Alonso son miembros de la Federación de Servicios Privados en Bilbo y escriben un artículo de opinión sobre el festival BBK Live, que arranca mañana. Podéis leerlo a continuación:
Llega el verano y con él, las fiestas populares de pueblos, barrios y ciudades. La fiestas siempre han sido un espacio donde las reivindicaciones sociales y políticas, la relación entre vecinas, la euforia popular… toman nuestras calles, generando durante días un ejemplo de autogestión, de convivencia entre diferentes, de pueblo organizado o de desorganización organizada. Diferentes ejemplos de ganas de vivir y pasárselo bien entorno a valores comunes, locales o transversales.
Desde hace unos cuantos años entre festividad y festividad, se ha ido asentado un modelo festivo muy diferente al que estábamos acostumbradas, el de los macro festivales. Eventos que difieren mucho a lo nombrado anteriormente y que se caracterizan por diferentes adjetivos, entre ellos: privatización, elitización, turistificación y precariedad.
En Bizkaia tenemos un evento que destaca por encima del resto, nuestra punta de iceberg, el Bilbao BBK live, que se celebrará el próximo 11, 12 y 13 de julio en el Monte Kobetas de Bilbo. ¿Por qué nos referimos a él como iceberg? Porque oculta mas de lo que enseña. ¿Alguna vez has escuchado la frase «la punta del iceberg«? Significa que solo ves una pequeña parte de todo lo que se esconde bajo la superficie. Es por ello que, como sociedad, debemos sumergirnos para poder contemplar lo que nos esconde, y si lo hacemos, el BBK live da miedito.
Condiciones laborales miserables e ilegales: jornadas laborales interminables por encima de lo que permite la ley, precio-hora por debajo de convenio, retrasos en los pagos, contratos fraudulentos (cuando se dispone de contrato, claro), condiciones insalubres, sin respeto a los descansos…. Esto sumergiéndonos solo un poco. Imaginaos lo que podríamos encontrarnos si pudiésemos ver todo lo que realmente esconde Last Tour (promotora de este y de varios macrofestivales) y todo su conglomerado de empresas, las cuales, cómo no, tienen el visto bueno y subvenciones públicas por parte del Ayuntamiento de Bilbo y de la Diputación de Bizkaia.
Al igual que los iceberg provienen de los desprendimientos de los polos, estos festivales se desprenden de un modelo de ciudad y de sociedad donde el habitante, lugareña, villano… no pinta nada, en pro de la turistificación, la privatización y el maldito dinero de unos pocos. Queremos lugares habitables y que nuestro derechos como vecinas y trabajadoras sean respetados, porque a este paso, compañeras, se acuñara un dicho popular que dirá: ¡El Bilbao BBK Live me quita la life!