Desde el sindicato LAB hemos activado hoy en Gasteiz, frente a Fremap, el pikete feminista para denunciar la denegación de la baja por riesgo en el embarazo a una trabajadora de comedores escolares de la empresa Cocina Central Magui. Esta baja se niega en base a un informe realizado por el servicio de prevención Quirón Prevención, ajeno a la empresa que contrata a la trabajadora, en el que no se recoge ni se detalla que se encuentre expuesta al riesgo indicado por la empresa. El informe que presenta la mutua se basa en una evaluación de hace 3 años, sin actualizar todas las modificaciones que se han venido dado en el puesto durante estos años.
Consideramos necesario e imprescindible proteger y garantizar un entorno laboral saludable durante el embarazo, tanto en los aspectos físicos, como psicológicos y emocionales. Las imposiciones económicas de las mutuas chocan de lleno con nuestro derecho a la salud en el ámbito laboral en todos los ciclos de nuestra vida. La citada trabajadora se encuentra expuesta a los siguientes factores de riesgos, que ni el servicio de prevención ni la mutua están teniendo en cuenta: exposición a agentes biológicos, exposición a trabajos de alta tensión o estrés, factores ergonómicos (como posturas forzadas para embarazadas, cargas, excesivos desplazamientos…) etc. Por ello, hemos hecho entrega de la reclamacion ante dicha denegacion a la prestacion por parte de la mutua Fremap.
La división sexual del trabajo que atribuye menor valor a los trabajos realizados por las mujeres*, sea en los hogares o en el mercado laboral, tiene también reflejo en la desvalorización de nuestra salud y su vigilandia en el ámbito del empleo. Esto conlleva una falsa neutralidad en las evaluaciones de riesgos laborales y prevención en salud laboral, no atendiendo a la diversidad de los cuerpos, colocando al «hombre» como centro de todo. Esto condiciona totalmente la vida de las mujeres* en el plano laboral y tiene efectos nocivos en su salud. En muchas ocasiones, los riesgos no son reconocidos, como es el caso denunciado en Gasteiz.
A las mujeres* nos imponen trabajos precarios, parciales, de corta duracion, con menores sueldos y peores condiciones laborales. Si a todo ello le sumamos el endurecimiento de los baremos en salud laboral, podemos afirmar que nuestras salud, nuestros cuerpos y nuestras vidas no importan al sistema, únicamente para poder explotarnos. El no reconocimiento de nuestros derechos, la discriminación que enfrentamos y la falta de atención a nuestra salud que el sistema capitalista heteropatriarcal nos impone en el ámbito de la seguridad y salud laboral son inaceptables. Seguiremos luchando por nuestros derechos y nuestra salud.