La existencia del Hospital de Urduliz dicen que va a ocasionar la pérdida de 200 puestos de trabajo en el Hospital de Cruces, una reestructuración en toda regla, y aseguran que no va a afectar a la calidad asistencial. Los sindicatos tenemos que participar de ese proceso, y tiene que ser un proceso público y transparente. Por eso, no aceptaremos ninguna otra solución. Continuaremos la lucha para que se hagan las correspondientes evaluaciones y se abra el proceso de negociación.
Llevamos años denunciando la excesiva carga de trabajo que sufre la plantilla de este hospital, desde antes de que se abriera el Hospital de Urduliz. Su puesta en marcha, nos acarrea dos necesidades, una evaluación de cargas de trabajo y una evaluación de riesgos psicosociales actualizada.
Tanto la evaluación de riesgos psicosociales como el análisis de cargas de trabajo es una información totalmente necesaria en caso de querer ajustar la plantilla, ya que es imposible equilibrar las cargas de trabajo si se desconocen las condiciones que tenemos actualmente.
La situación a la que nos enfrentamos es ésta: se ha abierto el Hospital nuevo de Urduliz y tenemos que asumir que la atención que se presta en el Hospital de Cruces se verá reducida. Todo esto, sin hacer un análisis en profundidad, debemos tomarlo como un acto de fe. Y como otro acto de fe tenemos que creernos que las diferentes direcciones harán reestructuración lo mejor posible.
Los sindicatos de este Hospital (LAB, SATSE, ESK, ELA, SME, UGT, CCOO y SAE) no vamos a hacer ningún acto de fe, por ello, exigimos que se realice el análisis de cargas de trabajo y la evaluación de riesgos psicosociales actualizada y que se lleve a cabo un proceso de negociación con la parte social, ya que es esta la parte que representa a los y las trabajadoras.
Cuando hablamos de cargas de trabajo y riesgos psicosociales, nos referimos a evaluar todos aquellos factores que les afectan, entre ellos, Osanaia, Osabide Global, identificación segura del paciente, uso de las nuevas tecnologías, la velocidad del sistema y/o su mal funcionamiento. Teniendo en consideración la indispensable seguridad del paciente y la dependencia que tenemos de las nuevas tecnologías.