Este verano, una vez más, los ambulatorios y centros de salud de Osakidetza se encuentran en una situación límite como consecuencia de la falta de personal y el aumento de las cargas de trabajo. De hecho, en muchos casos, la población se ve obligada a acudir a las urgencias hospitalarias ante la imposibilidad de recibir una atención normalizada en sus centros de salud de referencia. En el caso de la atención pediátrica, el caos es todavía mayor.
Ante esta grave situación nos hemos concentrado en el ambulatorio de Galdakao. Hemos elegido a éste como ejemplo de una situación que se vive en la mayoría de centros de Osakidetza de los tres territorios. En este ambulatorio falta personal de enfermería y de medicina, bien por estar de baja o por vacaciones, que no ha sido cubierto con ninguna sustitución, por lo que las agendas de enfermería y de medicina están forzadas. Además del trabajo habitual, se tiene que gestionar un número creciente de PCRs, con lo que la situación es insostenible. En el ambulatorio de Zaballa en Barakaldo, de los 8 médicos y médicas sólo han estado trabajado 3 al no haber ninguna sustitución, y los y las usuarias tenían que llamar cada día a ver si había suerte y conseguían cita para ese día. Y así, podríamos seguir OSI a OSI y territorio a territorio.
El cóctel es explosivo. Si a una atención primaria al borde del colapso le sumamos la falta de personal en verano, por falta de contratación y por falta de personal para sustituir, y le añadimos el aumento de carga de trabajo derivado del COVID, el resultado es desolador.
En este sentido, queremos denunciar que esta situación afecta seriamente a las condiciones laborales de una plantilla ya muy castigada, y genera recortes y pérdida de calidad asistencial para la población que tiene que acudir a un centro de salud.
Una vez más, es patente la falta de previsión de la dirección de Osakidetza que, a falta de una hoja de ruta clara para la atención primaria, una vez más ha optado por improvisar medidas y por poner parches a una situación que requiere de medidas urgentes y de calado. Así mismo, la única medida puesta en marcha ha sido, precisamente, el recorte del horario de ambulatorios, sólo abiertos hasta las 5 de la tarde, aumentando la precariedad de las condiciones laborales y la presión a una plantilla al borde del colpaso y recortando asistencia sanitaria a la población, precisamente en medio de una quinta ola del COVID.
Esta situación que se repite todos los veranos no es coyuntural, sino estructural. Llevamos años denunciando el abandono de la atención primaria y la necesidad de una estrategia para hacer frente a los cada vez mayores problemas a los que se enfrenta, pero Osakidetza, más allá de sus discursos mediáticos, sigue sin poner encima de la mesa un modelo alternativo de atención primaria, más acorde con los parámetros actuales y con las necesidades de la sociedad vasca.
A día de hoy, la atención primaria es un barco a la deriva donde cada OSI, y prácticamente cada centro, es abandonado a su suerte, reina el caos y la atención sanitaria que se ofrece sale adelante gracias a la buena voluntad de los y las trabajadoras. La población tiene que pelarse por conseguir una cita, y el personal de los ambulatorios tiene que sacar el trabajo adelante con los escasos recursos con los que cuenta. Todo esto está generando mucha tensión y crispación, por lo que los enfrentamientos entre personas usuarias y personal de Osakidetza se está multiplicando, incrementándose el número de agresiones de todo tipo.
Desde LAB exigimos a la dirección de Osakidetza y a la Consejería de Salud medidas urgentes y a largo plazo para reconducir la situación de la atención primaria. Es hora de apostar en serio por un nuevo modelo que dote a este ámbito de los recursos necesarios para hacer frente a su importantísima labor. Y es también hora de llevar a cabo un Plan Estratégico de Empleo que acabe con la falta de personal, que acabe con la precariedad, y que acabe con una eventualidad del 40% de la plantilla.