Hemos sido invitadas a la jornada que se realizará hoy bajo el título ‘Mecanismos para facilitar la vuelta al trabajo tras una larga baja psicosocial’, pero nos hemos negado a participar porque no se reconoce que los riesgos y bajas psicosociales sean motivados por el trabajo.
Los problemas psicosociales son ya el primer factor de riesgo laboral entre las y los trabajadores de Euskal Herria y negar esta realidad es uno de los mayores fraudes que se cometen a las y los trabajadores.
Los riesgos psicosociales surgen fundamentalmente por una concepción, organización y gestión inadecuada del trabajo, así como por un entorno sociolaboral deficiente, ya que estos factores, por sí mismos o combinados entre sí, pueden generar problemas psicológicos, físicos y sociales que pueden acarrear consecuencias muy negativas para los y las trabajadoras que los padecen.
El sindicato LAB ha denunciado reiteradamente que las empresas y los servicios de prevención no evalúan los riesgos psicosociales y ha criticado en numerosas ocasiones que los problemas psicosociales derivados del trabajo no son reconocidos ni por las mutuas ni por el Instituto Nacional de la Seguridad Social.
Las califican como enfermedades comunes, poniendo patas arriba toda la lógica preventiva. Difícilmente las empresas tomarán medidas si no se consideran problemas derivados del trabajo.
En un momento en el que el absentismo está tan presente en la agenda política, debemos denunciar que los problemas psicosociales, como hemos dicho el problema de salud más extendido motivado por causas laborales, son falsamente calificados como enfermedad común. Así, las empresas evitan la responsabilidad y dejan todo el peso del problema a expensas del sistema sanitario público y del propio trabajador o trabajadora.
La jornada de hoy de Osalan no ofrecerá los mimbres para un protocolo eficaz, ya que el punto de partida es erróneo.
LAB reivindica otro tipo de reflexiones y pasos: que se inscriban las enfermedades mentales en la lista de enfermedades profesionales, que se neutralice el papel perverso que juegan las mutuas y que se hagan los cambios necesarios para que las empresas se hagan cargo de los riesgos que causan para que las medidas sean efectivas. A partir de ahí podremos empezar a hablar de protocolos.
Para finalizar, queremos reivindicar que Osalan debe asumir, por una vez, capacidad ejecutiva, para que junto con la inspección de trabajo, haga cumplir la normativa de salud laboral a las empresas de una vez.