Hace unos días, Diputación Foral de Bizkaia presentaba su nueva “campaña” contra la violencia machista. Esta campaña ha sido creada de manera externa por una empresa de publicidad y en el diseño de la misma no ha participado en ningún momento el personal técnico de igualdad de la Diputación.
En LAB, al ver la campaña, lo primero que nos hemos preguntado es porqué una Administración Pública (entre cuyas competencias figura la de prestar asistencia a las víctimas de violencia de género) decide tratar el tema de una manera tan frívola y hace una campaña de marketing con la violencia machista. ¿No habría sido más útil y más serio haber presentado ante la prensa la estrategia del nuevo gabinete de Teresa Laespada para erradicar esta lacra en lugar de buscar un mensaje para el lucimiento de unos publicistas pagados con dinero público?
Lo segundo que hemos hecho es analizar el mensaje de la campaña. Es difícil resumir todas las razones de la repulsa que ha causado esta campaña en el movimiento feminista y en aquellas organizaciones como LAB, que trabajamos el feminismo como eje vertebral de nuestra actividad sindical. El “Queremos tíos buenos” de Diputación Foral de Bizkaia es mucho más que un mensaje desacertado.
Es un eslogan que infantiliza el problema del terrorismo machista y ridiculiza a las víctimas; que en pleno siglo XXI invisibiliza la diversidad sexual de las mujeres (señores publicistas, sorpresa, no todas son heteros); que simplifica con perversión todas las variantes de la violencia y reduce el problema al eterno maniqueísmo de buenos y malos, pero por si acaso, no interpela a los hombres directamente para que sean buenos (porque interesadamente parece que se les olvida que es el hombre quien decide ser un maltratador machista o no serlo), sino que lo de los “tíos buenos” queda en un mero deseo de las mujeres, y ya sabemos que por sí solos los deseos no suelen cumplirse.
No, no queremos tíos buenos. Queremos instituciones buenas, que no revictimicen a las mujeres, que no culpabilicen a las mujeres de la violencia que sufren por su forma de vestir, de sentir, de vivir; que no les den consejos paternalistas… En definitiva, queremos instituciones que luchen contra la violencia machista.
Si habéis recibido materiales de esta campaña de “Queremos tíos buenos” en vuestros puestos de trabajo, y como a nosotr@s, el mensaje os causa rechazo, desde LAB os animamos a devolver los materiales a la Dirección de Igualdad (podéis hacerlo anónimamente por valija interna sin remitente), explicando brevemente por qué no os ha gustado. Quién sabe, quizá de esta experiencia pueda sacarse algo positivo y los responsables de Igualdad de Diputación tomen nota…