En la mañana de hoy en el polígono industrial la Serna de Tudela otro transportista ha aparecido muerto en su camión. 55 trabajadoras y trabajadores han muerto en accidente laboral en lo que va de 2023, nueve de ellos transportistas.
Según la investigación, la muerte ha sido causada por un accidente no traumático. En el informe de siniestralidad de este año hemos denunciado que, en general, el 33% de las personas trabajadoras fallecidas lo han hecho por accidentes «no traumáticos». Entre las y los transportistas, en cambio, en 2022 las muertes «no traumáticas» supusieron el 75%. Esto demuestra el impacto directo de las condiciones de trabajo de los y las transportistas en los accidentes cardiovasculares, debido a la constante precarización.
El sector del transporte es uno de los que más sufren la lacra de la siniestralidad laboral. El año pasado murieron 11 transportistas por accidente laboral. En LAB no nos cansaremos de denunciar que los accidentes laborales son consecuencia de las malas condiciones de trabajo y de la falta de prevención y medidas de seguridad.
Las condiciones laborales en el sector del transporte son muy precarias: largas jornadas de trabajo, el estrés, las presiones, el bajo precio que pagan por el transporte, las dificultades para alimentarse de forma saludablemente debido a las condiciones de trabajo, etc. Por eso decimos que la mayoría de los accidentes laborales que se producen en el sector del transporte son perfectamente evitables, y que para ello sólo hace falta voluntad política para poner medidas que garanticen y respeten los derechos laborales de los y las transportistas, así como la implicación de todas las instituciones públicas y empresas.
Debemos acabar con la precariedad. Hay que acabar con la impunidad patronal. Las instituciones no pueden seguir mirando hacia otro lado, de lo contrario serán cómplices de lo ocurrido.