Los días 24, 25 y 26 de agosto, Biarritz acogerá la cumbre del G7, grupo constituido en tiempos de la guerra fría por siete Estados que tienen un enorme poder económico, político y militar (EEUU, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Japón y Canadá). El capital tiene su agenda propia y la cita de Biarritz es muy importante en ese sentido. La citada cumbre tiene un objetivo concreto, concretamente, darle un nuevo impulso a las decisiones tomadas en las últimas décadas en beneficio de la élite económica, así como seguir profundizando en las políticas neoliberales. Quieren hacernos creer que se tomarán decisiones en nombre de las y los trabajadores, pero la realidad es que niegan la palabra a la clase trabajadora, por lo que las decisiones serán en detrimento de nuestras condiciones laborales y de vida, teniendo que padecer posteriormente las consecuencias.
La lucha entre la vida y el capital está siendo muy dura. Vivimos una crisis holística con muchas vertientes. Y el capitalismo está respondiendo con más capitalismo, cada vez de forma más cruel, cada vez de forma más salvaje, para que unos pocos sigan enriqueciéndose cada vez más. Continúan explotando la vida para que la acumulación de capital incremente y siga en manos de unos pocos. ¿Y eso cómo se hace? Precarizando y empobreciendo a la tierra, a los cuerpos y a las y los trabajadores, así como mercantilizando derechos básicos en favor de intereses políticos, económicos y financieros de los de siempre. Por eso decimos que nos encontramos en una lucha entre la vida y el capital.
Hoy por hoy, existen tres agendas globales: la del neoliberalismo, la del fascismo y la de la emancipación social. Las dos primeras responden a los intereses del capital y están entrelazadas. El capitalismo responde a la crisis sistémica con más capitalismo y el fascismo encuentra ahí su lugar. Caminan hacia el autoritarismo y la dominación extrema.
Para responder a las dos primeras agendas, nuestro reto es articular y alimentar la tercera. Tenemos el reto de aglutinar el sector ciudadano más amplio posible en favor de un nuevo modelo que sitúe la vida y la naturaleza en el centro. Solo a través de la emancipación social lograremos el derecho a decidir sobre nuestras vidas y pueblos y conseguiremos garantizar la libertad de las personas. Por ello, es imprescindible aunar movilizaciones y alternativas.
La vida está en juego, tanto las nuestras como todos los asuntos materiales ligados a ella: pensiones, relaciones laborales, política energética, desarrollo teconológico, sistema educativo, modelo de ocio… Estos temas tienen un impacto directo en nuestras vidas, en nuestras condiciones de trabajo. Y de todos estos temas hablará el G7. De todos modos, El G7 no es más que un eslabón más de la gobernanza global, que es un pulpo con numerosos tentáculos (OMC, G20, FMI, BM…). En este sentido, resultarán claves conectar la lucha diaria con la dimensión global y proponer nuevas alternativas de cara al futuro.
El actual modelo tiene fecha de caducidad. Surgirá otro modelo, de eso no hay duda, pero… ¿a medida de quién? ¿Ese camino quién lo guiará? Ese es el campo de juego. ¿Se tratará de una transición ecosocialista guiada por las y los trabajadores o se restablecerá el modelo neoliberal en beneficio del capital?
En Euskal Herria, tenemos respuesta para frenar la agresión del capital y caminar hacia otro modelo. Tenemos alternativa y tenemos determinación. Ya estamos recorriendo el camino: además de destacar las luchas del movimiento feminista y las personas pensionistas, también debemos remarcar las luchas de la clase trabajadora, puesto que miles y miles de trabajadoras y trabajadores están peleando, en los centros de trabajo y en la calle, por un trabajo y una vida dignas. Asimismo, frente al fascismo, se ha fortalecido la solidaridad de clase; un ejemplo de ello es la dinámica popular surgida en favor de unas condiciones de vida dignas para las personas refugiadas y migrantes.
Nada más tener conocimiento de que el G7 se reuniría en Euskal Herria, diferentes movimientos sociales, partidos políticos y sindicatos de Hego e Ipar Euskal Herria pusimos en marcha la plataforma G7 EZ! Construyendo otro mundo desde Euskal Herria. El sindicato LAB se ha implicado desde el principio y se lo ha tomado como un reto político propio. Dicho esto, si queremos responder como pueblo al capitalismo heteropatriarcal salvaje que representa el G7, tenemos que situar a las y los trabajadores en la primera línea. Estamos elaborando nuestra aportación al nuevo modelo que sitúe en el centro a la vida y a la naturaleza (estrategia socioeconómica), por lo que resulta de vital importancia articular en la calle la mayoría favorable a ese modelo.
No obstante, para lograr el cambio social es necesaria la soberanía, es decir, plena capacidad para tomar nuestras propias decisiones de forma libre. En el contexto del G7, queremos situar la soberanía y el derecho de autodeterminación de los pueblos en el centro para que las élites económicas, las entidades financieras y las transnacionales, es decir, la minoría que acumula la mayoría del capital, no tengan el monopolio de decisión. Por lo tanto, estamos ante el reto de articular la mayoría social en favor de otro modelo.
Para terminar, cabe recordar que la cumbre del G7 se realizará en Biarritz, en Euskal Herria, donde estamos construyendo el futuro desde nuestra propia historia, por lo que debemos aprovechar esta cita internacional para dar proyección a nuestro pueblo y para profundizar en las alianzas internacionales.
En Euskal Herria, responderemos con una movilización ciudadana, a convocatoria de la plataforma contra el G7. Entre Irun y Hendaia, construiremos un espacio para las alternativas, denominado Alternatiben Lurraldea, con el fin de reunir al mayor número de personas.
Convocatorias principales:
• 13 de julio: manifestación en Biarritz.
• Del 21 al 25 de agosto: Alternatiben Lurraldea, Irun-Hendaia.
• 21, 22, 23 de agosto, jornadas
• 24 de agosto, manifestación nacional
• 25 de agosto, acción popular