Las y los trabajadores denuncian el comportamiento inaceptable tanto de la Diputación como de la empresa Landalan, subrayando que el servicio que prestan es absolutamente necesario, ya que está orientado a atender necesidades básicas de un colectivo vulnerable.
Seguidamente se puede leer el comunicado completo leído en la comparecencia de prensa llevada a cabo para explicar la situación actual:
«Mediante este comunicado, nosotras, las personas trabajadoras del centro de menores de EL VIVERO, queremos expresar nuestro hartazgo e indignación por la forma que hemos sido tratados durante los últimos años por las administraciones públicas, concretamente por el departamento de acción social de la diputación foral de Bizkaia, sin olvidar por supuesto la dejadez de la asociación Landalan, entidad gestora del recurso educativo, dónde veníamos desarrollando nuestras funciones, tanto la diputación como Landalan han despreciado todos nuestros sacrificios mostrados durante casi dos décadas, respondiéndonos con un ERE y dejando en la calle a 19 trabajadoras . Durante estos años hemos trabajado con el colectivo de menores mal denominado MENAs (Menores Extranjeros No Acompañados ) por la carga negativa que lleva dicha denominación, y la estigma que sufre por parte de la sociedad en general, se trata más bien de un colectivo vulnerable que requiere mayor grado de atención y protección, por ende, nuestro objetivo era siempre ayudar a estos menores a integrarse en la sociedad de acogida, intentando proporcionarles las herramientas necesarias para cumplir este fin. Nuestra experiencia laboral con este colectivo se inicia para la mayoría de la plantilla actual el año 2006 en el Centro de Primera Acogida (CPA) Zornotza gestionado por la asociación Landalan perteneciente al grupo Emankor Sarea, se trata del primer centro dónde realizábamos las primeras valoraciones sobre las líneas generales a seguir en el itinerario educativo de cada menor, antes ser derivado a otro recurso educativo.
Durante todos estos años hemos podido acompañar a un número importante de menoresen todo lo que atañe su cotidianidad, intentando siempre ayudarles en su proceso deadaptaciónalanuevasociedaddeacogida,proporcionándolesherramientasparapromover su integración, en un proceso que tiene un carácter bidireccional, es decir, la responsabilidad de avanzar hacia la integración de estos menores es tanto de la sociedad de acogida, como del propio colectivo.
Alolargodemuchosañostantotrabajadorescomomenoreshemossufridounascircunstancias bastante duras y lamentables, y pese al conocimiento por parte de laDiputación, tutora y responsable de estos menores, de estos problemas, ya que se hanrealizado inspecciones, todo quedaba en una simple multa a la asociación Landalan yuna listade recomendaciones, sin avanzar hacia la resolución de los problemas, aquíhablamos por ejemplo del alto número de menores acogidos, que superaba en algunasocasiones cinco veces lo permitido, el ratio tampoco se respetaba en la mayoría de lasveces y evidentemente esto generaba conflictos entre los menores y afectaba por lo tanto la salud laboral del equipo educativo. En esos momentos de tensión, lamentablemente prevalecía la tarea del control sobre la de protección, y lo asistencial sobre la labor socioeducativa.
A finales de diciembre del 2021, nos tuvimos que trasladar provisionalmente al Centro de Primera Acogida de EL VIVERO en Galdakao, para que se realizasen las obras de reforma del centro de Zornotza, debido al deterioro de sus instalaciones, de hecho, seguíamos desempeñando la misma función de primera acogida en el centro de EL VIVERO hasta el 23 de febrero del 2023 fecha de la reapertura del Centro de Primera Acogida Zornotza (llamado ahora CPA Elguezabal) ahora bajo gestión de la cooperativa Adaka-Agintzari.
Tantoconla direcciónde Landalancomoconelque fuera responsabledeAcciónSocialdelaDiputación Foral de Bizkaia titular del servicio, Sergio Murillo, los sindicatos mantuvieron varias reuniones junto a los miembros del comité. En esas reuniones, Landalan, que decía no ver la posibilidad de prestar el servicio, anunció que dejaría de prestarlo a la finalización del convenio conla Diputación y prometió facilitar a la nueva empresa todos los datos para la subrogación, tal ycomo indica el convenio colectivo, algo que no han cumplido. Desde entonces, el convenio de prestación del servicio ha sido prorrogado en varias ocasiones y se han deteriorado las condiciones laborales de los trabajadores; falta de ratio, más usuarios que plazas concertadas, etc. Hasta el punto de poner en juego mes a mes la salud laboral de los trabajadores. Hay que recordar que la empresa Landalan es una empresa que durante años no ha respetado el convenio colectivo del sector y que la Diputación Foral de Bizkaia, a pesar de conocer todo esto, ha mirado para otro lado.
En previsión de la difícil situación, en junio los sindicatos solicitan una reunión a Amaia Antxustegi Ziarda,actual responsable de Acción Social de la Diputación Foral de Bizkaia, pero no se ha obtenidorespuesta. El comité también envía una carta a la nueva diputada, explicándole la cronología de lo ocurrido, pidiendo respuestas sensatas al respecto, dicha carta registrada con fecha del 01 de agosto del 2023 tampoco ha tenido respuesta. Pero la única respuesta ha sido el anuncio de cierre del centro y el ERE aplicado 16trabajadores.
La Diputación Foral de Bizkaia y Amaia Antxustegi Ziarda son responsables de todo esto, así como la empresa Landalan, queriendo dejar en la calle a los trabajadores que han estado trabajando durante casi 20 años en condiciones laborales muy duras. Son culpables de conocer la situación e incumplir la promesa dada a los trabajadores de mantener abierto el centro. Culpables, porque poco a poco han ido desmantelando el centro de trabajo. Y culpables de haber mirado hacia otro lado a pesar de saber durante años cuáles eran las pésimas situaciones de vida y trabajo que han denunciado tanto los trabajadores como los residentes, jugando con los proyectos laborales y vitales de los trabajadores.
Una vez más ha quedado claro que la privatización de servicios que deberían ser públicos y que dependen de la diputación acarrea la miseria de los trabajadores. Por ello, los trabajadores decidimos iniciar un ciclo de movilizaciones en defensa de las condiciones laborales y de vida dignas de los trabajadores y residentes, en defensa de los puestos de trabajo y en contra de los despidos, convocando una huelga indefinida a partir del 12 de septiembre, y realizando una concentración hoy martes 12 de septiembre a las 11 en la Sede de la Diputación Foral, a la que seguirán diferentes movilizaciones».