Hoy, Roberto Larrañaga ha sido elegido nuevo presidente de CONFEBASK. LAB poco tiene que decir sobre su persona. Lo que ha nosotros y nosotras nos interesa son sus intenciones y en este sentido, más allá del nombramiento de una nueva persona no vemos cambios en CONFEBASK.
En 1999 CONFEBASK rompió la mesa de empleo, la misma patronal que estos últimos cuatro años ha truncado dos intentos de llegar a un acuerdo interprofesional para alcanzar una marco propio para la negociación colectiva. El último intento se produjo en 2013, y dejó fuera de juego a propio Lehendakari Iñigo Urkullu.
Aun así, el Gobierno Vasco no ha tenido reparo alguno en dar cobertura política y plena legitimidad a una patronal que le ha dejado en evidencia.
Las diferentes leyes y sobre todo la última reforma laboral le ha dado una unilateralidad absoluta. Las consecuencias son conocidas: desempleo, precariedad y pobreza. No se conforman con lo que les ofrecen las leyes y bloquean la negociación colectiva si no es para obtener nuevas ventajas, si no es para profundizar aun más en la precariedad.
Así mismo, tuvimos conocimiento de la voluntad de CONFEBASK de dejar fuera del mundo laboral a LAB y ELA. No encontramos frente a la patronal más arrogante y antidemocrática de todos los tiempos. Una patronal que no representa más que a una élite, una patronal que en vez de defender un modelo de las relaciones laborales y de desarrollo para este país, tiene como objetivo llenar los bolsillo de unos pocos.
Si el nuevo Presidente decide llevar a CONFEBASK por el mismo camino que no tenga duda de que nos tendrá enfrente, no nos rendiremos y no jugaremos en esa partida que nos quieren imponer, y menos aún, como pretenden ellos con cartas trucadas.
Estaremos en los centros de trabajo y en la calle. Reforzaremos la acción sindical y junto a la clase trabajadora lucharemos por construir una alternativa y reivindicar un nuevo modelo de relaciones laborales.