Euskal Herria se encuentra en situación de emergencia. Aunque nos quieren hacer creer lo contrario, esta situación de emergencia no es resultado de la crisis, si no que es consecuencia directa de la políticas que están aplicando con la excusa de la crisis.
Los ataques no cesan. Desde Madrid nos están imponiendo un plan para imponer el capitalismo más salvaje. Este plan se basa en el empobrecimiento de la clase trabajadora y en dejarnos sin instrumentos para defendernos. Con este objetivo, vemos cómo, viernes tras viernes, se suceden leyes, decretos, etc. uno detrás de otro. Los gobiernos de Iruñea y Gasteiz aplican de forma directa todos lo que se les ordena y, además de esto, también aplican medidas que van en el mismo sentido en sus respectivos ámbitos.
Tenemos que obligarles a que cambien de políticas. Esa es la única forma para que como pueblo y como ciudadanía tengamos un futuro digno y salgamos del agujero en el que nos quieren meter. No queremos parches. No queremos atajos. Queremos y necesitamos un verdadero y profundo cambio político y social. ¡Y vamos a luchar por ello!
En Euskal Herria, tenemos que rebelarnos. Para ello sumaremos fuerzas, para movilizarnos, alzarnos, rebelarnos y defender el futuro de nuestras comarcas, para defender el presente y el futuro de la clase trabajadora vasca.
Euskal Herria tiene que decidir su camino. Además de responder a los ataques, hay que construir la alternativa. Pasar de la reivindicación de que otro modelo es posible a la construcción del mismo. El primer paso será la elaboración de la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria, un primer paso para aunar las fuerzas de toda la sociedad vasca para conformar un camino que nos lleve a construir un modelo propio para nuestro país. En ese sentido, la huelga general convocada para el 30 de mayo es un “ya basta!” enérgico y firme ante todos los ataques a nuestros derechos, pero también un punto de inflexión en la construcción de esta alternativa.
- El protagonismo de la clase trabajadora. Somos nosotras y nosotros, la clase trabajadora y la ciudadanía, quienes debemos decidir en qué se basa ese camino. Es la única manera de que las decisiones no las tomen unos pocos para unos pocos. El verdadero cambio vendrá con el impulso de las y los trabajadores o no será verdadero. Cambio para librarnos del desastre español y de las cadenas de su imposición. Cambio para hacer respetar nuestros derechos y conseguir una sociedad justa.