No nos vamos a extender en la explicacion de lo que paso porque queremos darle el valor que tiene al testimonio hecho público. Claro, completo, conciso, cruel. Un testimonio que nos describe cómo fue la agresion, pero sobre todo, nos explica cómo se vive una agresión. Un testimonio que nos permite ver y denunciar la agresion en toda su dimensión. Desde LAB queremos poner la atencion en estas dos afirmaciones:
“Estoy acostumbrada a un nivel de violencia cotidiano muy alto. Mi condición de bollera- transgénero, me ha hecho vivir una cantidad ingente de violencia. Reconozco la ira, el asco, la repulsión y las ganas de matar que les genero a muchos hombres tan solo por mi condición corporal”. La agresión no es lo habitual, pero no por eso es un hecho aislado.
“He consultado con una abogada feminista, me ha dicho que no me van a reconocer la agresión sexual, que no van a reconocer pulsión sexual hacia a mí. La transfobia, la lesbofobia no se entienden como agresión sexual, que un tío te destroce las tetas no es nada sexual”. Las que trabajan en los juzgados saben de sobra ha donde no llegará la justicia, saben que la proteccion y el reconocimiento que necesita la agredida no la encontrará en esta justicia.
Luchar contra la lesbofobia y la transfobia es responsabilidad de todos y todas y somos conscientes de todo lo que nos queda por hacer en el mundo laboral. Hacemos un llamamiento a la gente de LAB a participar en los actos de denuncia. Leer y difundir el testimonio, denunciar la agresiónenloscentrosdetrabajos. Luchar contra la lesbofobia y la transfobia en las empresas.