Por todo ello, seguimos denunciando la falta de trasparencia con la que se está actuando y exigimos a Osakidetza y a la Consejería que lleguen hasta el final, que realicen una investigación encaminada a descubrir dónde y quienes produjeron las filtraciones. Por otra parte, seguimos reclamando la apertura inmediata de una negociación sobre el nuevo sistema de OPE que se debe poner en marcha. Pero queremos dejar claro que no hay modelo de OPE que valga si se sigue protegiendo a quienes realizan filtraciones, hasta el extremo que tenga que ser el propio Ararteko quien recomiende a Osakidetza sustituir los tribunales de una vez.
Es decir, reclamamos la asunción de responsabilidades políticas, que debieran conducir a la dimisión del Consejero Darpón, pero también que se lleve ante la justicia a las personas responsables de estas filtraciones. Todo ello, debe ser acompañado de un cambio en la política de personal de Osakidetza, estableciendo un sistema democrático que limite el enorme poder de las y los jefes de servicio y otros mandos intermedios. La última reivindicación es la puesta en marcha de una negociación abierta y democrática sobre el modelo de OPE, no sólo en Osakidetza sino en toda la administración vasca; un modelo que imposibilite las filtraciones que se producen en estos procesos.
Por último, queremos denunciar la “caza de brujas” desatada contra aquellas personas que se han atrevido a denunciar públicamente lo que sucede. En este sentido, el día 5 de febrero nos concentraremos junto a ESK a las puertas del Hospital Alto Deba, en Arrasate, donde trabajan las tres personas anestesistas que hicieron denuncias públicas del sistema clientelar que funciona día de hoy.