En marzo de este año hay 1.975 personas desempleadas más que en febrero en Hego Euskal Herria, concretamente 151.483. Este aumento lo han sufrido de forma desigual los y las trabajadoras, ya que ha sido la juventud y las personas migradas las que han experimentado un aumento por encima de la media. Hay que recordar que las mujeres son la mayoría de las que están en situación de desempleo, un 58% este mes.
Estos datos son reflejo de las situaciones de precariedad que se producen en el ámbito del empleo. Debemos recordar que en los periodos de creación de empleo el primero en recuperarse es el empleo de la juventud y las personas migradas, empleo inestable y precario, y cuando sube el paro, como es el caso, dichos colectivos son los primeros que se dejan al margen.
Los datos oficiales nos han mostrado un aumento de la contratación fija. Sin embargo, suponen sólo el 20% del total de la contratación en Hego Euskal Herria. En cualquier caso, la utilización y creación de otros indicadores para medir la inestabilidad en el empleo en los próximos meses será imprescindible para conocer la realidad del empleo. Esperamos un incremento significativo de los contratos fijos discontinuos, que en las estadísticas aparecen como contratos fijos y que son indicadores de inestabilidad. Y es que, aunque la reforma laboral ha fijado un límite para los contratados temporales, ha ampliado figuras de inestabilidad de otro tipo, ampliando las posibilidades de realizar contratos fijos discontinuos. Por tanto, debemos estar atentos a los discursos triunfalistas que reivindican la reducción de los contratos temporales ya que esconden situaciones de inestabilidad detrás.
En este contexto no podemos dejar de mencionar los retrocesos que se están produciendo en las condiciones de vida de la clase trabajadora. Destacamos la pérdida de poder adquisitivo que se está acentuando en los últimos meses: los salarios y las pensiones sin ningún incremento o con subidas por debajo del IPC, mientras siguen subiendo los precios de carburantes, electricidad y productos básicos. Las y los trabajadores estamos sufriendo las consecuencias más severas de la crisis, como ocurrió en 2008, la pandemia y otras crisis pasadas.
Al señor Azpiazu no le ha importado demasiado la situación de los y las trabajadoras cuando ha propuesto subidas salariales por debajo del IPC, pidiendo un IPC descafeinado que no contemple la subida de la luz, los carburantes o los productos frescos. Ha representado a la patronal sin tener en cuenta los intereses de los y las trabajadoras, que conforman la mayoría de la ciudadanía.
LAB va a seguir trabajando por la mejora de las condiciones laborales y de vida de los y las trabajadoras, luchando por incrementos salariales en función del IPC, haciendo un sindicalismo para toda la clase trabajadora, impulsando empleo y trabajo de calidad, trabajando en todos los ámbitos nuestras propuestas basadas en el triple reparto (distribución de empleo, cuidados y renta).