Mikel Saralegi, miembro del Comitéde Socio-economía, y Olga Aroz, miembro de la secretaría de la Mujer
«Nos dicen desde el poder que mantener la dignidad mínima de las personas es inviable. Dicen que no es viable que todas las navarras y navarros tengamos derecho a sobrevivir a costa de nuestros impuestos. Y lo tenemos que decir claramente. Es mentira.»
Cuando Roberto Jiménez y Yolanda Barcina compartían mesa y mantel, se les ocurrió la brillante idea de endurecer las condiciones para acceder a la Renta Básica, justo en el momento en que miles de personas veían perder empleo y vivienda. Y no sólo eso. Además establecían un tope de 2 años para percibir esta prestación, tras lo cual, las familias navarras en situación de pobreza, tenían que estar un año sin ingresos (y por tanto sin comer, sin vivienda, agua, luz….) antes de poder volver a pedir la renta básica. Resultado: más de 4.000 personas quedaron sin protección.
Ante la crítica social por tamaño disparate, establecieron algunas excepcionalidades para aquellas familias con menores de 12 años, enfermos/as de gravedad y/o discapacitados/as. Pero el disparate se mantenía. Con la renta básica denegada, las familias con menores a partir de 12 años, no tenían otra alternativa que vivir de lo que encontraran en contenedores. Una muestra más de la hipocresía y el clasismo de estos partidos, que con la ley en la mano son capaces de retirar la custodia parental de dichos menores si recurren a la mendicidad o explotación infantil.
Ahora, una vez más, UPN-PSN-PP han aprobado leves modificaciones a la Renta de Inclusión, con desgana, sin más pretensión que la de librarse temporalmente de la presión social. Sin embargo, persisten en la desprotección y negación de derechos: a pesar de los cambios, han decidido que más de 2.000 familias se queden sin derecho a percibir una renta de inclusión social, es decir, van a quedar privadas del mínimo vital para poder cubrir sus necesidades básicas.
El Gobierno de Navarra y el PSN están mostrando un grado de insensibilidad brutal frente a la realidad. Sus políticas de austeridad, sus recortes y su despilfarro en proyectos que tan sólo llenan los bolsillos de sus amigos son las que están provocando el aumento de la pobreza y la exclusión en Nafarroa.
Hay que decirles que al incremento de la demanda de apoyo económico por falta de ingresos o de empleo, no se puede responder dando la espalda a la gente, culpabilizándolas de su situación, obligándolas a la mendicidad y al asistencialismo. Que para recortar dejen de mentir haciendo creer que la financiación de la Renta de Inclusión es inviable, y que no hay recursos económicos en tiempos de crisis. Y si no dos ejemplos: El Tren de Alta Velocidad, proyecto inútil donde los haya, se va a comer 102 millones de euros del Presupuesto en 2014. El otro, en este momento en que anuncian nuevos recortes y privatizaciones de las pensiones, el tratamiento que el Gobierno de UPN da a los planes privados de “pensiones”.
Desde 2010, año tras año, las deducciones que el Gobierno de Navarra ha aplicado a los planes privados de pensiones superan los 40 millones de euros anuales. 213 millones de euros que el Gobierno de Navarra ha dejado de recaudar, para premiar a quienes tienen capacidad de ahorro y promover el negocio de bancos y aseguradoras. Mientras ayuda a quienes tiene, abandona a quienes carecen de todo. El presupuesto que el Gobierno de Navarra va a dedicar en 2014 a una Renta de Inclusión Social agujereada por los recortes es de 47 millones de euros, cantidad casi equivalente a las deducciones a los planes pensión privadas. Ya lo hemos dicho. Es una cuestión de prioridad, y para UPN y el PSN las personas no lo son.
Para LAB es urgente cambiar de políticas sociales para garantizar derechos básicos, como es disponer de condiciones de vida dignas, frente a los intereses económicos de una minoría. La alternativa no va a venir ni de los bancos, ni de lo Gobiernos que empobrecen con sus medidas y recortes, y ni tampoco de quienes no dudan en prestar sus votos en el Parlamento navarro para alimentar la desprotección, la desigualdad y la miseria.
Iruñea, 19 de noviembre de 2013
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