Es la propia democracia la que está en juego y en un contexto tan señalado como el 1 de octubre es necesario que en Euskal Herria también salgamos a la calle. Hay que gritar alto y claro que la autodeterminación no es delito y que, frente a las detenciones o cualquier expresión de represión del Estado, seguiremos luchando hasta hacer efectiva la voluntad popular y para enviar a la papelera de la historia al régimen del 78.
Mañana, 1 de octubre, se cumplen 2 años desde que el pueblo de Catalunya materializó mediante un referendum el derecho de autodeterminación que defiende la mayoría social catalana. Todos y todas recordamos lo que sucedió el 1 de octubre de 2017 en Catalunya; 900 personas heridas por la actuación de la Policía española, miles de votos secuestrados violentamente, la ocupación militar y policial de Catalunya…
El haber ejercido el derecho de autodeterminación tuvo unas durísmas consecuencias para el pueblo catalán: la detención de los presidentes de Omnium Cultural y la ANC por la movilización espontánea y popular en denuncia por la incursión policial en la sede de la Generalitat, el exilio del president electo de Catalunya y otros representantes políticos, detención y encarcelamiento de representantes políticos de Catalunya y de la presidenta del Parlament de Catalunya… El punto álgido de todo esto fue el juicio contra el proces catalán que se llevó a cabo en Tribunal Supremo y cuya sentencia se hará publica en breve.
De nuevo se está endureciendo el contexto político en Catalunya. Las últimas detenciones por parte de la Policía española no están llevando a un escenario de criminalización del independentismo y del derecho a decidir de los pueblos. El Estado español está preparando un relato que prepare el terreno que jusfique su actuación a nivel internacional, mezclando el independentismo con violencia y para criminalizar así el movimiento independentista de Catalunya.
No podemos quedarnos sin hacer nada frente a este contexto represivo contra el pueblo de Catalunya que parece irá en aumento las próximas fechas. Por supuesto que debemos mostrar nuestra solidaridad al pueblo de Catalunya, pero es necesario también desde Euskal Herria articular una respuesta propia. Aquí conocemos muy bien como actua el Estado contra quien ponga en peligro su propia supervivencia. La represión y la violencia del Estado son tristemente conocidas en Euskal Herria. Lo que durante tanto tiempo hemos sufrido en Euskal Herria lo está sufriendo Catalunya, pero mañana de nuevo podemos ser nosotros y nosotras, ya que el Estado actua con todas sus armas contra quien ose rebelarse.