El nivel de vida de un país o de una comarca lo marca su desarrollo económico y éste está condicionado en gran medida a su desarrollo industrial. En Enkarterri no existe ni lo primero ni lo segundo. Si hacemos un análisis de la situación actual de la comarca, podemos ver cómo la única gran empresa que queda en Enkarterri, CEL, está en peligro de cierre por la mala gestión de quienes tuvieron la confianza de las instituciones y la desidia y abandono de éstas, tanto del Gobierno Vasco, como de la Diputación de Bizkaia.
Además de CEL solo quedan unas pequeñas empresas (Mondi, Glefaran y poco más) y un sector, el del mueble, en permanente declive, que en absoluto se puede consideran que sustenten el desarrollo económico de Enkarterri.
El sector terciario no está mejor, con unas explotaciones agrícolas y ganaderas que no pasan de suponer una mera presencia testimonial, en comparación a las capacidades y recursos de nuestra comarca. Y por último el sector servicios, altamente precarizado y que como depende en gran medida del desarrollo de los dos anteriores, con futuro incierto y pocas expectativas.
Y de todo esto existen unos responsables claros, aquellos quienes desde hace tiempo han diseñado un futuro para Enkarterri basado en el ocio y descanso, por lo que la actividad industrial no entra en sus planes y no solo eso, sino que ya en sus propuestas de Plan Territorial Parcial para Enkarterri del 2009/10, aparecía la necesidad de alejar, esconder o eliminar las empresas de la comarca. Sus planes pasan por convertir Enkarterri en un lugar de descanso, de dormitorio de la capital, de segundas residencias y de ocio (campos de golf incluidos).
A pesar de la desaparición de todas las grandes empresas (Mure, Reckitt, Pastguren…), las instituciones, gobernadas por el PNV, se han negado a elaborar y a llevar a cabo un plan de reindustrialización que invierta esta situación y garantice un futuro laboral para la población de Enkarterri. Con ello, la única opción que nos dejan a las y los habitantes de la comarca es la emigración laboral en busca de un puesto de trabajo que nos garantice una vida digna y por lo tanto, a medio plazo también la emigración residencial, puesto que la juventud optará por una residencia más cercana a su lugar de trabajo, con lo que si no cambiamos esta situación, además de la desertización industrial, el futuro nos deparará seguramente la despoblación progresiva de Enkarterri.
Desde LAB animamos a toda la población de Enkarterri a no resignarnos a este futuro que nos han planificado, a exigir un plan de reindustrialización real que nos garantice un futuro laboral, con unas condiciones dignas, en nuestro entorno natural y que no se nos fuerce a buscar un puesto de trabajo lejos de él, o vivir en la más absoluta precariedad, por la limitación de la oferta laboral disponible.
Para reclamar todo ello y como primer paso, el mantenimiento y la búsqueda de una salida con garantía de futuro para el grupo CEL, hacemos el llamamiento a acudir a la marcha-manifestación que se llevará a cabo el próximo día 17 de septiembre a las 11 h. desde Zalla hasta Gueñes, a convocatoria de los Comités de empresa que componen el grupo CEL.